Muy pocos grupos consiguen la hazaña de cambiar de vocalista sin quedar descabezados y perder su personalidad. Iced Earth han sufrido este mal en sus propias carnes. Sin duda se vieron muy perjudicados cuando Barlow, muy afectado por los atentados del 11S, decidió en 2003 abandonar “El mundo ficticio del Rock and Roll” para meterse a policía y servir a la sociedad. En ese punto de su historia Iced Earth habían conseguido llamar poderosamente la atención de la comunidad metálica encadenando tres impresionantes trabajos como The Dark Saga, Something Wicked this Way Comes y Horror Show. Aunque Barlow no era el primer cantante de la banda, les había dado un toque de distinción único y la carrera de Iced Earth sufrió un importante hachazo cuando estaba en plena cuesta arriba.
No es que Ripper lo hiciese mal en Iced Earth, su debut en la banda “The Glorious Burden” era un buen disco, lleno de buenas canciones, se les pudo reprochar en aquel momento de haberse vuelto exageradamente patrióticos, pero no de realizar malas composiciones. Sin embargo Ripper parece condenado a ser el eterno sustituto, Iced Earth fue declinando en sus siguientes discos que sin ser exactamente malos trabajos, carecían de la fuerza y la identidad que había logrado pocos años antes, o al menos eso parecían opinar la mayor parte de sus fans.
La vuelta de Barlow fue una mera ilusión, desde su marcha había estado en una banda más pequeña llamada Pyramaze, había formado una familia y había decidido darle prioridad. En el momento en que Iced Earth amplió sus planes de gira y no pudo compaginar ambas actividades volvió a abandonar. De esta etapa conservamos un buen disco de estudio y un DVD en directo que nos dejó un extraño sabor de boca con un Barlow muy lejano del que conocimos cuando les descubrimos como teloneros de Blind Guardian a finales de los noventa.
Tras este baile de vocalistas Schaffer estuvo a punto de de cantar la de “Otro desengaño más, y me voy a pasar al new age… y a tomar por culo” pero por suerte para todos pronto se le pasó el cabreo y se decidió a buscar nuevo frontman, en sus palabras, con personalidad propia, y no un clon de Barlow.
Lo curioso es que en lugar de un clon se encontró con un híbrido propio de un experimento de Victor Frankenstein. Un injerto de personalidades que ha resultado tan potente y creíble que ha vuelto a poner a Iced Earth bajo los focos del centro del escenario. El responsable es el canadiense Stu Block, hasta ahora vocalista de Into Eternity y con un rango vocal tan sorprendente que parece una suma de Ripper, Barlow y un montón de nuevos elementos. Su esplendida actuación vocal le ha dado el empaque necesario a un montón de buenas composiciones que en esta ocasión forman parte de un álbum conceptual al mas puro estilo Iced Earth. Tras escribir su propia visión oscura del futuro que os espera en la Dark Saga, Shaffer ha decidido rendir homenaje a los clásicos de la distopía, tal y como hiciese en su día con el genero del terror en Horror Show. Así los temas de este tratan sobre películas, comics y libros tales como: Soylent Green, V de Vendetta, Dark City o Equilibrium.
Contra todo pronóstico, cuando ya nadie lo esperaba, tenemos de vuelta a los mejores Iced Earth, recuperando su sonido y retomando su concepto. Casi todos los medios y la mayoría de los fans han coincidido en declararle su mejor disco en diez años. Desde aquí coincidimos con esa impresión. Si alguna vez te gustaron Iced Earth y les perdiste la pista por el camino, Dystopia es el disco adecuado para volver a hacerles caso.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por ICED EARTH