Los que llevamos tiempo siguiendo la trayectoria de Cronómetrobudú sabemos que el número plateado no es más la confirmación de un sonido que ya afianzaron con su anterior Dosceroceroinfinito. Un sonido que tal vez no sea el que andaban buscando desde el inicio de la banda, pero que cada vez se ha ido presentando como la mejor dirección a seguir.
Así, tras juguetear con muchas otras cosas, los elementos principales en la coctelera cronómetro son el metal, la música clásica y los elaborados textos. Dicho así, parece que uno se va a encontrar con un enrevesado grupo de metal gótico pero Cronómetro han encontrado una alquimia diferente para mezclar esos elementos. A las guitarras de la factoría escobedo se une un violín que contra todo pronóstico aporta la parte más metalera de muchos temas, todo ello sobre una muy sólida base rítmica. Pero sobre todo nos encontramos con un concepto de canción que pese a ser rico en arreglos se ciñe a estructuras asumibles por el oyente medio, en las que el estribillo tiene una importancia fundamental. Demostrando que el hecho de ser experimentados músicos a veces pule el titubeo y enfoca la canción directamente al meollo y sin transiciones innecesarias.
El número plateado vuelve a girar líricamente sobre un concepto al que llevan muchos años dándo vueltas. El absurdo de la sociedad moderna, la lógica de la magia y del espíritu humano olvidado por la rutina, el derecho a discrepar, a ser el único andando en una dirección y saber desde lo más profundo de tu ser que son todos los demás los que se equivocan.
El universo esconde leyes matemáticas que han intrigado al ser humano desde que ha tenido capacidad para hacerse preguntas. Si encontráis a algún matemático que sepa hacerse entender seguro que puede fascinaros durante un rato hablándoos de Fibonacci o de Pell y de como esos patrones se han repetido en la naturaleza y en las obras humanas desde el inicio de los tiempos. Cronómetrobudú han recuperado ese carácter iniciático en el diseño del disco: Que algo exista desde siempre no quiere decir que vayas a descubrirlo a la primera.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por CRONÓMETROBUDÚ