El hecho de que una institución como Yes siga en pie tras casi cuarenta y cinco años desde su formación, es ya de por si un motivo de alegría. Que además sean aun capaces de firmar discos tan sólidos como Fly from Here es también motivo de asombro.
El disco que nos ocupa es el primero que graban en más de una década. Además viene precedido de la polémica salida de John Anderson dejando a Yes sólo con su bajista Chris Squire, como representante de la formación original. La salida de Anderson ha sido particularmente dolorosa, ya que excepto un pequeño hiato a principios de los ochenta siempre ha estado al frente de la banda. Sin embargo sus problemas respiratorios le apartaron de los escenarios en 2008 y aunque en un principio tachó de traición su “expulsión” de la banda, parece que todo apunta a que si algún día se encuentra en forma como para hacerlo volverá a ser el frontman del grupo.
Fly From Here cuenta a las voces con Benoit David, que con un timbre muy similar al de John hace que Yes siga sonando a Yes. En la actualidad Benoit ha sido sustituido por un nuevo cantante llamado Jon Davison. Curiosamente, el motivo del cambio han sido de nuevo problemas respiratorios.
El album está dividido en dos partes. La primera cada la forma una suite de veinticinco minutos dividida en seis fragmentos, que da título al disco. Si el disco suena añejo es justo decir que la composición principal de este tema fue maquetada por Downes y Horne (The Buggles) a principios de los ochenta, durante el corto periodo de inactividad de Yes. Los cinco temas restantes, que compondrían una perfecta cara B no bajan el nivel de la suite y completan un disco que no hace en absoluto un mal papel dentro de la extensa discografía de Yes.
Cuando una banda pare obras maestras de la talla de Close to the Edge, Relayer o Fragile todo lo que viene detrás parece poco, pero medir los discos en comparación no suele ser un buen ejercicio si uno no quiere salir siempre defraudado. En este trabajo han optado por intentar acercarse lo más posible al sonido que les encumbró como uno de los grandes nombres del sinfónico, y dejando de lado las odiosas comparaciones, lo cierto es que han conseguido acercarse lo suficiente como para que los fans hayan recibido esta obra con los brazos abiertos.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por YES