Reír al Caer, como título, resume muy bien la filosofía que empuja a Papa Shango. Hay un caer que todos sentimos cada vez con más fuerza, cada vez más gente vive privada de las cosas básicas, cada vez más gente vive sin trabajo, el desarrollo sin límites nos ha llevado a un punto en el que parece que se puede pasar por encima de nuestro medioambiente, de nuestro alimento, de nuestro aire y que nada importa si la máquina sigue avanzando. Cuando comienzas una conversación con alguien, de esas que derivan en temas transcendentales mucha gente parece sentir que el cenit está cerca y que de un momento a otro nos vamos a ir todos a la mierda. Hay un caer, pero también hay un reir, como esa gente en Africa que no tiene nada y sin embargo, incluso cuando protestan bailan.
Papa Shango es una huida de la música cerebral de occidente hacia otros paisajes más primarios en los que el corazón manda sobre la cabeza. Papa Shango no es la alegría por la alegría, es el respirar cada instante e intentar que no te contamine todo lo malo que hay en el, sabiendo que aunque no reparemos en ellas por cotidianas, tenemos muchas cosas de las que alegrarnos. Es una apuesta por el optimismo ante un mundo que irremediablemente cae.
La música latina, el funk, el reggae, el ska, la bossa se mezclan para construir una ola de energía positiva que va aderezada por textos reflexivos que tiran de ti hacia arriba sin olvidar que existe el fango. Los miembros de Papa Shango tienen la suficiente experiencia en diversos estilos como para poder combinar todos estos elementos en un disco debut que sorprende por su madurez y coherencia, así como por su sonido, responsabilidad de Alex Pis a los mandos técnicos de los Drive Division, Ibon Larruezea en la masterización que tuvo lugar en los Estudios Euridia y de Daniel López de Arroyabe como productor.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por PAPA SHANGO