De nuevo tenemos en esta sección al fuera de serie de Arjen Anthony Lucassen, el gigante (2.02 m) holandés que no deja nunca de componer. Tras el parón anunciado con Ayreon después del doble álbum 01011001, de 2008, no descansó y al año siguiente sacó un disco que quizá pasó más bien inadvertido: On This Perfect Day, de Arjen Lucassen’s Guilt Machine. Tras él, al año siguiente tocó retomar el proyecto Star One, con un excelente Victims of the Modern Age. Y finalmente, después de este trabajo llega el disco de esta semana en Noche de Rock: Lost in the New Real, ya bajo su nombre únicamente.
En esta ocasión, y como viene siendo habitual para este compositor lleno de ideas, nos encontramos de nuevo con un disco doble conceptual, con la diferencia de que la historia se narra en el primer disco de una forma lineal, y el segundo incluye diferentes canciones que vienen al hilo del tema principal y pero que sin embargo no guardan ninguna conexión entre ellas.
El hilo conductor del disco está basado en un tema recurrente en nuestra sociedad, ¿qué pasaría si nos congelasen ahora y en un futuro en el que se ha encontrado la cura a nuestros males y la inmortalidad volviésemos a la vida? Pero esta no es la historia de un Walt Disney que vuelve a la vida después de ser criogenizado, sino de un hombre normal y corriente de nuestra época (Mr. L.), que bien podríamos ser cualquiera de nosotros, que en el momento de morir por una enfermedad terminal es congelado hasta que se encuentre la cura.
Una de las características distintivas del disco es que las canciones tienen una pequeña introducción narrada, ni más ni menos que por Rutger Hauer (el actor de Blade Runner) que representa a Voight Kampff (otra referencia a BR), el psicólogo asignado a Mr. L. para adaptarse a los cambios de la nueva sociedad, tan distante en el tiempo. La primera canción comienza en el momento del despertar, con los primeros (últimos…) recuerdos de Mr. L. que rememora el momento de su muerte.
Tras la primera canción introductoria el disco canción tras canción no para de introducir elementos que chocan con la manera que tenía Mr. L. de vivir la vida, con continuas referencias al antes y al después. Todo esto lo consigue introduciendo exageraciones y extrapolando tendencias que vemos hoy en día en el mundo. Todo ello con muchas referencias y guiños a la época actual, como la amalgama de Pink Beatles in a Purple Zeppelin, en la que se dice que se ha llegado a la saturación, todas las canciones han sido compuestas ya por lo que la música como tal ya no existe y MR. L., que no puede vivir sin ella, pide que reproduzcan lo que está en su cabeza: oye el mismo sonido de la vieja época, pero la canción es diferente (entera mezclada), and the song remains the same.
Puesto que en esta nueva sociedad se ha alcanzado la inmortalidad, When I’m a Hundred Sixty-four (guiño a los Beatles), es una oda a lo que se puede aspirar en la vida, tan a largo plazo como llega a ser en ese momento. Otros temas que se tratan es el Permiso Parental de Procreación, hay que ser unos buenos padres y probarlo para tener descendencia; E-Police, la policía que te vigila en internet; o Yellowstone Memorial Day, que critica el afán del hombre por intentar controlar la naturaleza.
El disco termina con Lost in the New Real, una canción que llama al desengaño, ya que en el nuevo mundo no se sabe si las personas viven realmente o son máquinas (el modo de vida resulta ser algo similar a Matrix). Y es en este momento cuando Mr. L. decide que no quiere vivir en un sueño-mentira, y pide que lo desconecten. Es sublime como al final de esta canción se oye un corazón que se va parando.
El segundo disco constituye una mezcla muy heterogénea de canciones con temas propios que no encajaban en el disco, pero que tienen la misma temática, así como con versiones de grandes como Pink Floyd, Blue Öyster Cult (enorme Veteran of the Psychic Wars), de los Led Zeppelin (Battle of Evermore con toque Lucassen!), The Alan Parsons Project y Frank Zappa. Otros 40 minutos largos de entretenimiento, pero se echa de menos un hilo conductor.
En suma, en mi humilde opinión es un buen disco, que dista bastante de ser excelente, pero que entretiene, nos hace pensar y replantearnos las direcciones que estamos siguiendo de cara a un futuro mejor (¿acaso no todo tiempo futuro será mucho mejor?).
Comentario por Phicau
Fotografía por ARJEN ANTHONY LUCASSEN