Para mí escribir sobre un nuevo lanzamiento del grupo que cambió mi forma de entender la música es un auténtico lujo, y lo digo por una razón muy sencilla: Rush son la única banda de “dinosaurios” que, desde mi punto de vista, siguen manteniendo un nivel a años luz de cualquier otra banda con más de 30 años a sus espaldas. Solamente hace falta ver uno de sus conciertos para darte cuenta de ello.
A pesar de ello, sí tengo que admitir que su nuevo lanzamiento, Clockwork Angels, no me ha parecido a la altura de su anterior trabajo, Snakes And Arrows. Teniendo en cuenta que el disco guarda el mismo estilo en el que la banda se embarcó después de la vuelta en el 2002, es decir, ausencia de sintetizadores, guitarras muy altas en la mezcla final y un intento de simplificación de las composiciones, creo que no han encontrado en esta ocasión una colección de canciones que funcionen tan bien como en otros lanzamientos (como en Vapor Trails, disco que marcó su vuelta después del descanso al que se vieron obligados después de las desgracias personales de Neil Peart). Puede que el problema se encuentre en que la grabación del disco haya sido interrumpida por su gira Time Machine (2010), que se prolongó durante un año más de lo esperado.
Entrando en detalles, me parece que los dos temas que más me han gustado son Clockwork Angels y Halo Effect (esta última me recordó mucho a Resist, uno de esos temas que me sigue emocionando como la primera vez que la escuché, sin importar los años que hayan pasado desde su publicación, que son unos cuantos ya). Hay un tema en concreto, Headlong Flight, que me recuerda en alguno de sus numerosos pasajes a los extensos solos de guitarra que Alex Lifeson ejecutaba en los 70 durante los conciertos de 2112, algo que parecía completamente desterrado de las últimas publicaciones de la banda.
A pesar de lo comentado, estoy deseando ver alguna de estas canciones en directo. Suena raro, pero con Rush en directo me he llevado alguna sorpresa muy grata, y es que algunos temas del disco cobraban vida en directo. A pesar de que se trataba de alguna canción que había pasado desapercibida en el disco (estoy pensando en la versión de Secret Touch incluida en el Live In Rio), sobre las tablas tomaba una fuerza que no hubiera imaginado nunca.
Es una pena que no pudiese retroceder en el tiempo y pudiese escribir sobre el lanzamiento de Moving Pictures o del 2112 antes mencionado, ya que posiblemente hubiese tenido que escribir este artículo en mayúsculas y con exclamaciones en cada línea (siempre me ha fascinado lo bien que han envejecido esos discos, a pesar de contar con los mismos sonidos de sintetizadores que a muchos nos suenan muy horteras en manos de otras bandas), pero tal vez estoy pidiendo demasiado a una banda que llevan más de cuarenta años de vida, que ha hecho tantos tipos de canciones, con tantos tipos de producciones y que ha mantenido a sus tres miembros durante todo el camino. Y es más, lo que hacen sigue estando bien, pero que muy bien.
Comentario por Chus Gancedo
Fotografía por RUSH