Han pasado seis años, seis meses y seis días desde que Karonte publicó su último trabajo, y desde entonces han permanecido un tanto aletargados. Nunca han desaparecido, es simplemente que su ritmo es ese, van despacio, actuan poco, pero nunca han dejado de ensayar y poner empeño y esfuerzo en que este nuevo disco fuese digno de la espera.
Las señas de identidad de Karonte no han cambiado, nos encontramos con partes más Deathmetaleras y puramente crudas, combinadas con melodías propias del Death Sueco e incluso algún desliz hacia sonidos más blues en los solos. Sin embargo se nota en este trabajo mucho más cuidado en los arreglos, las voces están mucho más trabajadas y más llenas de matices. En el apartado de las letras, Kini se muestra especialmente depresivo, y la buena producción ayuda a que lleguen potentes y desgarradas, pero a la vez nítidas. Las guitarras y el bajo suenan más potentes y cercanas, mientras la batería añade muchísimos detalles que hasta ahora no aparecían en la música de Karonte. Han trabajado en esta ocasión llevando las composiciones menos cerradas al local y esto ha permitido que Rochar pueda desarrollar más libremente sus aportaciones.
Una vez alguien me dijo, “cuando termines, la gente mirará como ha quedado, pero nadie te preguntará cuanto tardaste”, esa máxima se puede aplicar a la perfección con Karonte. Nadie se acordará del tiempo que pasamos preguntando ¿Queda mucho? Y sin embargo, cuando pase el tiempo Paraiso sin Fé se seguirá alzando orgulloso como una columna antigua, como representante del sonido más cafre que ha sabido dar esta tierra.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por KARONTE