Todavía recuerdo la primera vez que oí hablar de Stone Sour. Fue en una entrevista a Corey Taylor sobre Slipknot, y en ella hablaba de un disco que acababa de sacar con su compañero de grupo James Root. Por aquel entonces mi dieta musical estaba centrada en los nueve de Iowa, por lo que un grupo paralelo de dos de sus miembros no podía ser pasado por alto. Evidentemente buscaba algo similar a Slipknot, y mi sorpresa fue mayúscula cuando no lo encontré. A pesar de ello me gustó, y tras el primer disco “Stone Sour” llegó “Come what(ever) may” en 2006 con el que, para mi, superaron a su debut. A partir de aquí (no se muy bien por qué) les perdí la pista, y siete años después me reencuentro con ellos, con esta primera parte de “House of gold and bones” viendo que son los mismos de siempre, pero con pequeños cambios. El grupo sigue haciendo lo que hacía, pero los instrumentos tienen ahora más protagonismo reafirmando que Stone Sour es más que una voz, (aunque esta sea mejor y mejor cada día que pasa) y que todos están volcados en el grupo a jornada completa. Un ejemplo de ello es que Roy Mayorga haya dejado de ser ese batería mercenario, del que todos los grupos tiran para grabar su disco, para ser el batería oficial de Stone Sour.
Curiosamente, lejos de irse notando la influencia de Slipknot sobre este proyecto (ya no tan) paralelo, podemos ver cómo es la música de Slipknot la que ha cambiado desde que se formó Stone Sour, pero eso es otro asunto.
Centrándonos en “House of gold and bones part 1” destacaría el tremendo inicio con “Gone sovereign” que enlaza con la segunda “Absolute zero”. Melodías bien hechas con el toque de rabia que les caracteriza. Más adelante están los dos pilares del disco: “The travelers part 1” y “The travelers part 2” que, aunque separadas, bien podían ir seguidas porque se complementan perfectamente; y entre ellas está “Taciturn”, lenta y preciosa, y es que como ya demostraron en anteriores discos con temas como “Bother”, las baladas se les dan muy bien.
Esperaremos a que completen la obra con la segunda parte de “House of gold and bones” para poder juzgar con todos los datos, pero esta primera parte es totalmente disfrutable por si sola, así que si alguien no les conoce éste puede ser su disco. Por lo que se desprende de las entrevistas hechas a sus miembros, Stone Sour está dejando de ser ese eterno proyecto paralelo para pasar a ocupar la mayor parte del tiempo de sus integrantes, y eso se nota en las composiciones y en su base de fans, que cada vez es mayor. Totalmente merecido con discos como este.
Comentario por dubarmar
Fotografía por STONE SOUR