El otro día, al terminar el concierto de Napalm Death hablaba con Fidel sobre la filosofía de Barney de construir algo positivo con la violencia inherente a los humanos; creo que es una linea que de manera evidente comparten no sólo guillotina, si no todos los otros grupos en los que él o sus compañeros han participado. El referente más inmediato es Roman Castevet, del que provienen parte de los miembros de esta nueva aventura, un grupo con muchas diferencias con respecto a Guillotina, pero con el que obviamente también comparten mucha de su identidad.
La voz cantante de esta nueva aventura la lleva Bati, Kloakao-Estricalla dos grupos que también encajarían muy bien en esa conversación sobre la que os hablaba al principio. Lo curioso es que en este caso Bati ha dejado las baquetas para coger el micro y da la talla de cojones, con una voz cargada de rabia y mala leche.
Siguen sin bajarse del burro del hardcore de vieja escuela, pero las influencias del thrash más sucio también andan por ahí en primera linea. No voy a perderme en etiquetas, si ya tienes claro quien son estos tipos, puedes hacerte a la idea de por donde van los tiros y para qué se han juntado, y si no lo sabes, tienes mucha tarea por hacer.
No somos crios, somos conscientes de la mierda que nos rodea, y sabemos que hay muchas posibilidades de que nuestra civilización haya llegado a su cenit. Estamos al borde del filo de la navaja y hay los suficientes indicios como para pensar moriremos en un mundo peor que el que conocimos al nacer. Las cenizas del futuro están mandando señales de humo.
Según nos informa los propios Guillotina en el foro la letra de El desencanto es un fragmento de “La triología del desencanto” de María Odolbatu. Pienso que esa sensación, el desencanto, podría llevarnos a tirarlo todo por la borda e intentar pasar la vida sin preocuparse de otra cosa más allá del propio ombligo. Sin embargo, parece que cierta fuerza interna nos sigue impulsando, inexplicablemente, a intentar morir mordiendo. Poner la rabia en una canción tal vez no sirva de mucho, tal vez sirva solamente para poder sacar de dentro algo que quema, o en el mejor de los casos puede que despierte a más gente, y un día, cuando seamos suficientes tiemblen los cimientos de esta podredumbre en la que vivimos.
La edición de El Ritmo de la Decadencia es un vinilo de color morado con una portada chulísima cedida por Ray Ahn (Hard-Ons). Un buen motivo para intentar hacerse con una copia y unirla a tu colección. De todas maneras, para quienes sólo quieran curiosear, se puede escuchar completo en su bandcamp.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por GUILLOTINA