Ya hace meses que tengo el debut de Complejo de Edipo entre las manos y aun estoy impactado del salto cualitativo que han dado en relativamente poco tiempo. Suenan a bandaza, han conseguido retratar la potencia de su directo en un album de esos que parece imposible que sean el primero.
Podríamos encuadrar su música en ese momento histórico en el que los ochenta estaban a punto de ser noventas, o en que los noventa todavía no habían dejado de ser ochentas. En aquel cambio de década, cuando el sonido L.A. aun llevaba la batuta. Ese es el espíritu que les guia, pero lo mismo que decíamos de Uzzuhaïa hace unas semanas podemos decir de Complejo: no enfocan el sonido como una de esas bandas nostálgicas que suenan (para mal o para bien) anacrónicas, si no que defienden a guitarrazo limpio el hard rock como una música actual. Además cantan en castellano con letras que sudan rock and roll, pero sin basarse en tópicos manidos. Letras encajadas de manera natural, sin artificios ni alardes, con la suficiente ambigüedad como para que tengan diversas lecturas y la suficiente claridad como para que no sean una colección de palabras que al final no cuenten nada.
La colaboración con Phil Grijuela en la toma alternativa de Si me Paro a Recordar es un broche perfecto que no hace más que confirmar que van por el buen camino. El tiempo y hay nuevas generaciones, pero que el rock es una llama que no se apaga, simplemente cambia de manos.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por COMPLEJO DE EDIPO