Cada vez que me toca hacer una reseña de Motörhead se me ocurren las mismas cosas para decir, supongo que a Lemmy le pasa lo mismo cuando se pone a hacer canciones. Qué cojones vas a decir! Son Motörhead joder! Son cuarenta años, veintiún discos y la firme intención de hacer rock, con el mismo puñetero sello desde el principio hasta el final.
Aftershock deja claro que Mr. Kilmister no piensa en la retirada, sus recientes problemas de salud no han podido con el y ha vuelto a parir un album Motörhead por los cuatro costados. Como ya hemos comentado en alguna ocasión las producciones modernas no hacen más que aumentar su potencial y el disco arrasa con todo como un bulldozer desde el segundo uno de Heartbreaker.
Tampoco es nuevo el gusto de Lemmy por el rock and roll añejo y el blues (al fin y al cabo Lemmy nació en el 45), y estas influencias llevan tiempo asomando de manera cada vez más clara. Algo que nos gusta, ya que no hace más que aumentar la perspectiva de futuro de la banda, en un espectro que puede funcionar muy bien si algún día no tienen cuerpo para tanta presión.
Aftershock es otro buen disco de Motörhead, con toda la honestidad y la potencia que se espera de ellos. Nunca son tan reivindicados como se merecen, pero el día que falten seguramente se alcen miles de voces reclamando su legado.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por MOTÖRHEAD