Los ancianos del lugar oteaban el horizonte con gesto grave mientras murmuraban… ¡No hay relevo! ¡No hay relevo! Mientras, el relevo, sigiloso, se acercaba por la espalda para darles una colleja en sus lustrosas calvas.
Repion son una de esas muestras palpables de que el ROCK no muere. Tienen la frescura y la energía de una banda con toda la vida por delante, pero también tienen una sorprendente madurez, como si de alguna manera fuesen herederos de la mejora estructural que con el tiempo ha ido ganándose esta escena.
Claro que son jóvenes, pero tienen su sonido definido y cuidado, llevan los temas matizados, ensayados y bien arreglados. Como músicos están mucho más formados de salida de lo que lo podían estar la mayoría de las bandas de hace veinte o treinta años. Tienen buen equipo, son capaces de hacerse su material gráfico y sus videoclips de manera profesional, y encima les sobra el talento. En definitiva, no es sólo que la música de bandas no muera, si no que mejora, y Repion son una prueba.
Son jóvenes pero no ingenuos, y además altamente exigentes con los resultados que esperan, por eso aunque esta colección de canciones suena mucho mejor de lo que sonaron los primeros discos de bandas ahora muy conocidas, se resisten a llamarle “disco” y prefieren dar un rodeo, diciendo que es un resumen regrabado de las canciones que contenían sus maquetas.
De cualquier manera, se llame como se llame, estamos ante una gran colección de canciones y ante la puesta de largo de una banda que va a tener mucho que decir en los próximos años. Nosotros ya hemos avisado, ahora queda en vosotros la opción de mirar el dedo o a la luna.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por REPION