Granada Goblin vuelven a batirse el cobre contra su legión de monstruos imaginarios: critters hechos bola, wendigos enamorados, victimas del control mental alienígena, visitantes del cuarto planeta de Sirio cansados de fingir, ictiofilicos platónicos e incluso el mismísimo hijo de dios pasándo frio en la antártida entre otra fauna mitológica. Un juego de mensajes semiescondidos que sólo podrás apreciar si eres capaz de encontrar unas gafas anaglifo que te permitan ver más allá de lo aparente.
La personalísima lírica de la banda viene acompañada por una música no menos propia, que tiene raíces que se hunden en el rock, en el stoner y en el proto heavy metal. Todo esto, que ya acuñaron en su debut “Jackalope”, queda reafirmado en este nuevo plástico, a base de canciones concisas pero con elaborados matices. Este segundo album es continuista en cuanto al estilo, pero supera con creces a su hermano mayor en el aspecto de la producción, sonando mucho más gordo y compacto.
Hay que destacar también el trabajado concepto gráfico que combina a la perfección toda su cosmología freak con la parte más puramente redneck que siempre ha acompañado a la banda. Todo ello va conjugándose de una manera personal y distintiva que hace que este grupo se separe cada vez más de otras bandas que en principio podrían compartir su corriente.
Granada Goblin y el Misterio del Chile Fantasma es, como buen segundo disco, el de la confirmación. Entre ambos han juntado un buen repertorio que hace de sus directos una experiencia divertida y recomendable. Además parece que han cogido carrera y el tercero no se demorará demasiado en el tiempo. Permanezcan, pues, atentos a sus pantallas.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por GRANADA GOBLIN