Summoning Deliverance representa el quinto trabajo discográfico de este power trío. Una obra que rezuma vapores sulfúricos por los cuatro costados, tanto por sonido, como por la imaginería de sus letras y la estética de su portada, realizada esta vez por Nick Keller.
Si alguien esperaba una vuelta a la pseudo accesibilidad de Weight of Coronation, aquí muestran un abanico aún más amplio en su sonido que lo escuchado en Grengus. Y es que a los de Bilbao parece importarles bien poco lo que su huestes opinen, los doblegarán igualmente porque son una apisonadora sónica en la que, si bien Julen y Sergio ejercen de sección rítmica cual infalible martillo pilón, Javier Gálvez confirma su status de máquina de crear riffs.
Con la ambiental intro Awakening Scurge, estamos a la espera de que se abran las puertas del averno a través de Exvenhstench, en la que Horn of the Rhino marcan de forma muy clara las pautas para este Summoning Deliverance: más de todo. Sin perder ni un ápice de su fiereza, se añaden arreglos instrumentales y nuevos registros vocales a una paleta ya de por sí extensa. A los gloriosos melódicos dignos de la época dorada de Seattle, hay que sumar los cada vez más extremos y agónicos como en High Priest, donde su frontman lleva un paso más allá el desgañite que mostró en su anterior trabajo.
Esta vez el portador del cuerno lo hace sonar para introducirnos en la densa y tremebunda Onward through domination, donde te das cuenta de que no puedes hacer nada para evitar mover el cuello a su ritmo. Con Deliverance Prayer retoman la épica mostrada en sus dos anteriores trabajos en temas como Sovereign y Brought back y que hará las delicias de los seguidores de sus medios tiempos más accesibles.
La ruidista Drogg Öm Thraal, que parece sacada de una fragua en la que trabajan los condenados a pasar su eternidad en las tinieblas, da paso a Grim Foreigners, cuyo estribillo hace gala de un patrón rítmico que es el contrapunto perfecto para terminar de cuajar un corte salvaje.
Horn of The Rhino, junto a Adrift, Santo Rostro o Cabeza de Caballo, encabezan el olimpo de los géneros basados en los riffs más oscuros de la escena patria. En directo no defraudan. Si no has tenido oportunidad, o no los conocías hasta ahora, redime tu alma y pásate por alguno de sus conciertos. En Santander tendremos la suerte de poder disfrutarlos el 17 de Enero en la sala Black Bird.
Si el infierno huele azufre, seguro que esto es su banda sonora.
Comentario por Flynn
Fotografía por HORN OF THE RHINO