Recibimos de nuevo a Blind Guardian como se recibe a un viejo amigo ausente durante algún tiempo. Los casi cinco años que han pasado desde At the Edge of Time han sido bien empleados en trabajar de manera meticulosa y perfeccionista en el disco que ya tenemos entre nuestras manos y que hace el décimo de estudio en la cuenta de los alemanes.
A Night in the Opera y A Twist in the Myth fueron recibidos por la mayor parte de los fans con cierto escepticismo, como una búsqueda de nuevos horizontes que no terminó de resultar. Como todo buen hobbit sabe, salir de aventuras es peligroso, sin embargo tanto Frodo como Bilbo podrían explicar como todas esas experiencias vividas hacen mella y nunca se vuelve a ser el mismo del todo. El Guardián Ciego lleva dos discos de retorno en su esencia, pero el camino de ida y vuelta se deja notar en su música.
No encontrarás a unos Blind Guardian pisando el acelerador y encajando estribillo tras estribillo en rapidísimos ritmos de doble maza en este disco (probablemente nunca más lo hagas). Sí que hay algo de eso, pero también hay otros muchos matices. Como muestra de la variedad podemos aportar la grandilocuente The Ninth Way, la veloz y cantable Twilight of the Gods, la cuasi-progresiva Sacred Mind o la más cercana a su sonido de los noventa At the Edge of Time. Han trabajado con los coros de Budapest, Praga y Boston además de con la Orquesta de estudio de Budapest y la Filarmónica de Praga. Eso significa que en algunos momentos estás escuchando a noventa músicos tocando a la vez, con lo que el nivel de epicidad está absolutamente disparado. Huelga decir que las guitarras han tenido que ir cediendo parte de su protagonismo a otros instrumentos, resultando un disco menos metalero y más sinfónico.
La lírica nos devuelve a los mundos descritos por Hansi en Imaginations from the Other Side, utilizando recursos clásicos de la fantasía, como el icónico espejo como vínculo entre distintos mundos en una historia que inmediatamente nos trae a la cabeza a Michael Ende. Una puerta dimensional que nos muestra puntos en común entre realidades. Un puente fragil a punto de quebrarse. Musicalmente la historia encaja a la perfección, con continuos guiños a Imaginations y un tratamiento armónico más oscuro de lo habitual en sus discos.
Es posible que a primera escucha no encuentres temas tan redondos y rotundos como “Bright Eyes”, “Mirror Mirror” o “Valhalla” pero si tenes un poco de paciencia descubrirás que aun son portadores de esa magia, aunque hayan decidido dosificarla entre otros momentos más complejos que te llevarán algo más de esfuerzo como oyente.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por BLIND GUARDIAN