Pues se ve que un día Greg Mackintosh debió llegar al local de ensayo y decirle a Nick Holmes algo así como: Oye, si yo ando en Vallenfyre haciendo riffs como los de antaño, porque me siento nostálgico de aquellos tiempos y tu te has apuntado a Bloodbath para hacer guturales como los de entonces… ¿Por qué coño no nos dejamos de darle vueltas a esto y hacemos el disco que todo el mundo lleva tanto tiempo esperando? Y así fue, cuando nadie lo esperaba se sacaron de la manga el álbum que ya nunca pensaríamos que grabarían.
Si uno mira en wikipedia el género que practican Paradise Lost y no ha seguido de cerca su carrera puede salir con dolor de cabeza. Doom Metal, Death Metal, Metal Gótico, Rock Gótico, Rock Electrónico, Synth Pop, Metal Industrial… todo ha tenido su momento en la ya dilatada carrera de Paradise Lost, y aun así a ninguno nos parece que hayan ido dando tumbos sin sentido. Eso si, por encima de otras consideraciones se les considera unos de los creadores del Death Doom; Fue ahí donde dejaron su marca y su sello para la historia del rock. Esa es la corona que ahora vienen a reivindicar con su decimocuarto álbum.
The Plague Within tiene momentos de continuidad con su etapa más melódica como No Hope in Sight o la estrofa de An Eternity of Lies, pero la mayor parte del tiempo abre la puerta de los demonios y nos devuelve de un bofetón veinticinco años atrás, con una atmósfera tremendamente melancólica, llena de tristeza y desesperación, que llega al fondo del abismo con la ultra doom Beneath Broken Earth.
Algunos de los fans siguen echando pestes de aquel Host de 1999 que nosotros siempre defendimos. Eran grandes canciones, con otro tratamiento y arreglos pero Paradise Lost seguían presentes, nunca dejaron de estarlo. De cualquier manera, para tanto para los que amaron como para los que odiaron la experimentación, los últimos años y discos han sido muy emocionantes al ver cómo los de Halifax volvían a hacer las paces consigo mismos.
The Plague Within no suena a refrito de quien intenta volver a hacer algo que ya no sabe. Paradise Lost no suenan a señores intentando recrear sus mejores momentos de gloria. Más bien todo lo contrario, suena a la plenitud de quien ha decidido mostrar lo que mejor sabe hacer, sin intentar adornarlo con ninguna otra cosa.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por PARADISE LOST