A la tercera va la vencida. Asi podría llamarse este disco, el tercer y (por el momento) último trabajo de los bilbainos Quaoar, grabado en el estudio Tio Pete y en Beard Studios, y masterizado en Doctor Master. Se llama “Dreamers. Dreaming”, y tampoco le va nada mal el título, por cierto.
Hasta aquí lo objetivo, digamos. A partir de este momento toca hablar de música y con Quaoar esto conlleva una abierta visión musical. Como muy bien lo definió una vez mi amigo Javi, es “música de amplio espectro”. Sin corsés, sin prisas, sin la mayoría de los males de la música moderna… así es la música de Quaoar.
Sus dos primeros discos (“Man´t” y “The River & The Soul”) mostraban una banda muy delicada en el trato a su música y con influencias de lo más variopinto. Un poco de grunge (O la definición que se prefiera para ese rock de los 90), un poco de rock progresivo a lo Pain of Salvation, un poco de metal, un poco de esto, de aquello… TEMAZOS, sin duda, de los que se disfrutan y no solo entretienen.
En este disco recogemos todo eso y además le agregamos el punto de madurez y experiencia de la banda y lo que han conseguido es un disco practicamente perfecto. No hay peros que ponerle, excepto el más básico: Que no te gusten. Y es que los temas, su interpretación y la producción son intachables, y solo que simplemente no te gusten puede apartarte del total disfrute que puede proporcionarte este disco.
La batería de Bjorn Mendizabal suena tan creativa como siempre, al servicio de la canción y dando a cada pasaje la fuerza que necesita. Josu Palacios y Hugo Landaluce, si bien eran muy buenos guitarristas, han dado un paso de gigante con este disco. Su trabajo es espectacular, con un cuidado y un acierto en cada sonido dignos de mención, y unos solos de primer nivel, muy adecuados para la música. El bajo de Aitor Zorriketa sostiene todo eso, sabiendo estar con la batería cuando toca y con las guitarras si es lo propio. El trabajo a la voz de Iñigo L. Agudo es simplemente impresionante, alcanzando en este disco unos registros que en las anteriores entregas no le habíamos oido, y se convierte en uno de los cantantes más interesantes de todo el país (Por no disparar más alto y decir directamente que es el cantante que más me gusta).
He decidido no hacer análisis de cada tema individualmente porque a esta banda hay que disfrutarla en el conjunto del disco. Hay momentos para todos los gustos: Directos, progresivos en intensidad, alejados de lo convencional… lo que sea que quieran hacer, donde la canción les lleve. Y es que esa es una de sus mejores cualidades, como ya mencionaba antes: La paciencia en lo musical. Y eso da sus frutos, no cabe duda, escuchado lo escuchado.
El disco se abre con “Tough Guy”, un cañonazo rockero directo a la cabeza, y se cierra con “Home”, un bisturí directo a tu alma. Con eso y todo lo que hay en medio puedes soñar lo que aporta este disco. O mejor aun, escúchalo de principio a fin y disfruta de uno de los mejores trabajos que he oido a un grupo nacional en toda mi vida.
Comentario por Alfonso Serrano
Fotografía por QUAOAR