Mike Patton lleva treinta años haciendo lo que se le pone de la polla, podría hacer estirado el éxito y vivir de rentas toda su vida, podría haber aceptado la oferta de INXS y haber disfrutado de una buena jubilación como suplente de Michael Hutchence, pero prefirió explorar hasta el límite los recursos de su increíble voz, y experimentar lejos de los focos de la música de masas. Por eso, si lo que se le pone ahora mismo es reunir a su grupo de mayor éxito comercial, hacer una nueva gira y un nuevo disco, no seremos nosotros quienes tengamos nada en contra que decir.
Faith No More tuvieron en su día la rara virtud de conseguir triunfar haciendo una música bastante alejada de las convenciones, y sin embargo llegaron a vender cantidades muy importantes de discos y a sonar en las emisoras mainstream. Cierto es que el momento histórico era muy distinto y el ojo de la cerradura mucho más amplio por aquel entonces, pero también es cierto que ellos fueron maestros en el arte de forzar la máquina hasta el punto límite que podía soportar.
Han pasado dieciocho años desde la publicación de “Album of the Year” y aun habrá quien pregunte si este nuevo album cubre las expectativas. Yo creo que la respuesta más cabal es “Depende de las espectativas”, porque las espectativas de un fan que lleva casi dos décadas esperando material nuevo son complejas de cubrir.
Sol Invictus no es el album que le va a dar la vuelta a la carrera de Faith no More, no creo que nadie quiera eso, por otra parte. No es una revelación con los secretos mejor guardados de esta gran banda. Ni siquiera es el disco del año, si se me permite el juego de palabras, pero si es un disco razonablemente bueno, que aun con todo sigue estando muy por encima de la media en cuanto a originalidad.
Las opiniones sobre Sol Invictus son tan variadas, que no queda más remedio que asumir que lo que está sucediendo en la cabeza de la gente mientras lo escuchan tiene poco que ver con el disco en si. No es justo para las nuevas canciones que se las compare con otras que ya forman parte de la historia del rock, y lo que es peor, de la historia personal de millones de personas. Hay músicos que nunca consiguen enfrentarse a su legado y simplemente dejan de componer para el público porque saben que nunca conseguirán igualar ese ideal. Por suerte no es el caso y les tenemos en activo y girando. Mi consejo para la escucha es que hagas un poco de limpieza mental, que te deshagas de todo este tiempo que ha pasado y intentes escucharle simplemente como el septimo disco de Faith no More, abierto incluso a la posibilidad de que vengan más. Verás como consigues disfrutarle, y acabas por preferir que FNM estén vivos y coleando.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por FAITH NO MORE