MORIREMOS POR HONOR: CrystalMoors presenta en Cantabria su último trabajo, un doble disco con metal pagano interpretado de manera eléctrica y acústica que lleva por nombre The Mountain Will Forgive Us.
Parece que existe aquí una especie de maldición que hace que los nuevos discos no lleguen a tiempo a sus presentaciones oficiales. Me dio especial rabia que las copias de The Mountain Will Forgive Us se encuentren perdidas en algún lugar entre Rusia y Cantabria, porque tengo ganas de que comprobeis por vosotrxs mismxs que cuando decimos que CrystalMoors han sacado uno de los mejores (por no apuntar más alto) discos de Pagan Metal que se han hecho nunca en este maldito país no estamos lanzando al aire palabras huecas. El doble CD habla por si solo, y el cuidado arte es tan elocuente que no queda más remedio que rendirse a la evidencia. La presentación fue tan rotunda que da respeto pararse a pensar las tierras que podrían conquistar si la vida les fuese más propicia con la actividad de banda y el exilio de alguno de sus miembros no frenase la continuidad de ensayos y conciertos.
La noche se dispuso en dos partes que reflejaban la estructura de “The Mountain Will Forgive Us”, para la primera el clan creció en tres miembros, acompañándose de Charlie (Lunática…) a las percusiones, David (LCH) en el Buzuki y el Whistle y María (Ex-Jambalaya, A Quatro String Quartet…) en el violín. El acústico tiene sus raices clavadas en el Dark Folk y resulta igualmente intenso, con mucha fuerza y tensión. Las voces de Edu y Fernando ganan protagonismo y hay varios momentos con armonías de coros muy trabajadas, así mismo los arreglos de bajo lucen mucho más en este contexto en el que podemos escucharles con toda claridad. Lavín lanza guturales rabiosos, pero también recurre a voces más profundas y declamaciones. Creo que mucha gente ajena al metal puede comenzar a entender la melodía que se esconde detrás de la muralla de distorsión y baterías aceleradas cruzando hasta nuestro mundo a través de esta puerta.
Sin ningún tipo de pausa para recolocar el backline abandonaron “La Montaña” para atacar “The Sap that Feed Us”, con un primer golpe de volumen que por esperado no fue menos contundente. Aquí ya, CrystalMoors en pie sencillamente desató la virulencia de la guerra ancestral, completando otro set entero que podría haber sido un concierto completo. Fue curioso comprobar in situ el diferente enfoque de algunos temas como “over the same land” que interpretaron en las dos versiones. Por lo demás esta segunda parte incluyó temas de este nuevo álbum mezclados sin problemas con algunos de sus clásicos, demostrando que a pesar de que hay cierto reenfoque compositivo todo encaja perfectamente en su concepto.
Nos fuimos del New con la sensación de haber visto algo memorable. Espero que Crystal tengan buena suerte con este nuevo envite y mucha más gente en otros lugares comience a ser consciente de lo que aquí conocemos tan de cerca y valoramos como uno de nuestros mejores tesoros.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez.