HISTÓRICO: Había muy pocas excusas válidas para perderse un concierto como el de anoche en el Escenario Santander. Tras veinte años de carrera Emboque lo celebraron por todo lo alto con un concierto más allá de todas las expectativas.
Hay momentos en la vida que pasan sin más; hay conciertos que se ven, se disfrutan y ahí terminan, hasta el punto de dudar con los años si estuviste allí o no. Hay otros que se quedan fijos en la memoria para siempre. La noche de ayer ha sido una de esas marcas profundas e inolvidables para todos los aficionados en la música en Cantabria, incluso para muchos de los que por una causa u otra no pudieron estar. Emboque, en definitiva, han hecho Historia. Sin miedo a perder se han atrevido a ganar y han tocado un techo inalcanzable, pero lo mejor de todo es que lo han hecho a base de constancia, trabajo y honestidad. Por eso tienen el cariño y el respeto de tanta gente.
“A tempo de Rock” es un proyecto que comienza tras la grabación de su anterior album “Voy a por ti”, y antes del comienzo de su gira XX Aniversario, a propuesta de Oscar Arce de los Estudios SonOarc. Emboque aceptan el reto de grabar un grandes éxitos sinfónico y se ponen manos a la obra con la ayuda de Pepe Santos que se encarga de arreglar las partes orquestales, con la colaboración de los propios Emboque.
Por si meterse en una empresa de tamaña magnitud no fuese suficiente, en algún momento de enajenación transitoria deciden lanzarse a una presentación en directo y para ello contactan con la Joven Orquesta Autonoma de Cantabria, que implica a un puñado de los suyos en el magnífico espectáculo que por fin pudimos presenciar anoche.
Y es que el hecho de que cualquier banda de rock hubiese venido a Cantabria con un espectáculo similar ya hubiese sido motivo de sobra para no perdérselo, porque al fin y al cabo, cuantas oportunidades vas a tener de ver algo similar aquí? Pero es que encima ayer se palpaba en el ambiente una euforia compartida de ver a los nuestros triunfar, en el sentido más pleno de la palabra, en el que significa alcanzar los más altos objetivos que uno se pone a si mismo.
Las partes orquestales brillaron con lucidez y talento. No están allí como un pegote adosado de cualquier manera, si no que se han acoplado a la música con una sensibilidad que para si quisieran megaproducciones sinfónicas de cuyo nombre no quiero acordarme.
Sonaron tremendas “El Héroe”, “Se apaga el sol”, “Luz del Día”, con la preciosa voz de Elsa Díaz, “Ángel Caído” (sigue siendo mi favorita), “Doble Faz” y en definitiva todos los temas incluidos en este nuevo disco, incluso nos regalaron “Noches sin Dormir” que originalmente estaba prevista para ser incluida pero se quedó fuera por motivos de espacio. (Os hemos traído de recuerdo unos vídeos del concierto, que podéis ver en los enlaces inferiores y que incluyen entre otros precisamente este tema.
Hicieron un pequeño interludio en el que volvimos a ver a Emboque en trío, demostrando que con orquesta van fenomenal, pero ellos tres sólitos se bastan y se sobran para llenar un escenario así de grande. A partir de ahí comenzó una rampa final que nos dejó boquiabiertos, con puntos álgidos como “Anibal” para la que se acompañaron de Miguel Peña que interpretó las partes de Derek Sherinian en la versión del álbum. La apoteosis llegó con Vieja Tierra, para la que contaron con las voces de Elsa Díaz, Ovi Abascal (Bifrost, Reality Check), Sergio Díaz (In Wolf we Trust) y Juan Torre (Ex-Brigantia) y entonces, cuando todos los que llenábamos el E.S. dábamos por finalizado el concierto porque aquello ya no podía llegar más arriba nos regalaron una emocionantísima versión de Stairway to Heaven con Fernando Balbás (Ex – Ponies Killing Chicken) dedicada a los que ya no están, y con especial recuerdo para los muertos en el concierto de Eagles of Death Metal.
Fue justo en ese momento, cuando me sacudió como un latigazo el recuerdo de Raúl Galván acompañando Stairway to Heaven con una Flauta Dulce un par de décadas atrás. Me di cuenta de que aquellos Emboque seguramente hubiesen fantaseado con un futuro como el que anoche se hizo presente y me sentí tremendamente feliz, por ellos, porque lo merecen, y por nosotros, por haberlo visto y haberles acompañado en su “Caminar”.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez.