El nuevo EP de Sierra Nevada se abre y se cierra con una reflexiona en realidad sobre la misma vida como única certeza en la que creer, “No hay Infiernos”, “No hay cielos”. Sin embargo, y aunque la intención queda meridianamente clara, no podemos dejar de notar que el primer título es una negación de su anterior largo, como si fuese una declaración de intenciones a la hora de ceñirse a la forma de trabajo que se plantearon en un principio; Nunca han querido entretenerse mucho en busca de una perfección inalcanzable. La experiencia adquirida en otras bandas les ha hecho saber que una edición puede ser un parto muy doloroso, así que eligieron para sus canciones la filosofía de vida rápida y bonito cadaver.
Refugios se grabó en Moon River en solo siete horas a mediados de abril de 2014, con Macaya como técnico. El master y la mezcla corrieron a cargo de Ramón (Guitarrista). Cuando digo corrieron me refiero también a que en la línea de trabajo ya citada todo estaba listo en menos de un mes, aunque el proceso de edición haya retrasado algo más su llegada a nuestras manos.
Musicalmente podemos decir que la edad de la inocencia ha muerto, y parece que se les ha quedado pegada de manera indefinida esa oscuridad y densidad malsana que adquirieron en su anterior disco. Estos cuatro nuevos temas reflejan muy bien el camino de la banda, cada vez más compactos en su sonido, pero sin olvidar que su historia procede de universos musicales diferentes. La horquilla estilística es amplia, no hay un patrón sagrado a imitar, y todo el bagaje anterior queda reflejado en infinidad de detalles.
El trabajo vocal sirve de nexo y seña de identidad con recursos estilísticos que ya son habituales en su música: El uso de la prosa y la ausencia casi total de estructuras reconocibles, como estribillos o repeticiones. Las melodías siguen teniendo ese aire entre el Emo-Core de los noventa y la influencia de Germán Coppini, a quien recientemente le dedicaron una versión de Cena Recalentada en homenaje.
El arte del CD y el Vinilo también vuelve a correr a cargo de Juan (Arredondoypunto) y juega con la idea de la fragilidad de los refugios que nos construimos, presentando en la portada un castillo construido a base de cerillas.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por SIERRA NEVADA