LENNY CONQUISTA GIJÓN: Ponemos punto y final a nuestro fin de semana gijonés gracias a la reseña del inicio de gira de Lenny Kravitz que nos envia Coral Gonzalez del programa Spin Off.
Lenny Kravitz se metió en el bolsillo a las cerca de 6,500 personas que se reunieron en el Palacio de Deportes de Gijón para asistir al primer concierto que el rockero estadounidense dará en nuestro país. Cerca de horas de música que culminaron con el baño de masas que el neoyorkino se dio recorriendo el pabellón mientras el público corría de un lado a otro para verle, tocarle e intentar sacarse algún ‘selfie’ que corroborase lo que estaba pasando.
El espectáculo comenzó con 20 minutos de retraso en los que el calor asfixiante que se respiraba en pista fue el gran protagonista. Los teloneros ‘The London Souls’ cumplieron con su papel ante la indiferencia y la frialdad de los allí presentes. En esos instantes la mala fama de la acústica del recinto de La guía podía hacer presagiar lo peor. Un sonido algo enlatado que dejaba claras las carencias de un emplazamiento al que se tuvo acudir después de descartar, días antes del concierto, a Las Mestas tras el lento ritmo que había tomado la venta de entradas.
Todo cambió con la salida de Kravitz al escenario. El ya veterano rockero sabe dar al público lo que quiere y por eso, pese a tratarse de la gira presentación de su último trabajo, ‘Strut’, su setlist estuvo plagado de los grandes éxitos con los que se coronó en las listas de ventas durante la década de los 90.
Tras abrir con Frankestein, uno de los temas más pegadizos de su último disco, el público estalló al escuchar los primeros acordes de American Woman, la canción de The guess Who, que con el paso del tiempo a hecho suya. Una vez más y como siempre, la banda del artista, compuesta por diez músicos de altísimo nivel rayó la perfección. Las dudas desaparecieron al instante. Rock clásico y perfectamente ejecutado sobre un escenario decorado de manera sobria y minimalista.
Tras continuar con It Ain’t Over ‘til It’s Over y Dancin’ til Dawn Lenny Kravitz se permitió llegar al anticlímax absoluto con una versión excesivamente larga y pretenciosa de ‘Sister’, perteneciente al álbum Are You Gonna Go My Way. Kravitz, se puede permitir esos lujos. El carisma que derrochaba en cada acorde hipnotiza a un público completamente entregado a la causa y que volvió a reactivarse con Believe, uno de los temas más icónicos del cantante.
Always on the run sirvió para dar espacio a la espectacular banda del artista. Lenny lo dejó claro, es necesario dejar expresarse a músicos con tanto talento como los de su banda. El punteo de Craig Ross y los solos de trompeta y saxo fueron el preludio de uno de los grandes momentos de la noche. Cindy Blackman, la gran batería que desde hace años acompaña a Lenny en sus giras, dio una auténtica exhibición tras los platos que sirvió para que el público estallase en una ovación cerrada tras un ejercicio de auténtico virtuosismo.
El punto más álgido del concierto llegó tras la interpretación de I Belong to You. Los acordes de Let Love Rule, sencillo que dio nombre al primer álbum del artista, animaron a Kravitz a acercarse al público. En ese preciso instante el neoyorkino cogía a una pequeña niña en brazos que se encontraba entre los asistentes para bailar con ella mientras el público de Gijón enloquecía. Instantes después, con toda la audiencia entregada, Kravitz saltó la valla de seguridad para colarse entre el público, que se agolpaba junto a su ídolo durante su paseo. Flashes, carreras y gritos acompañaron el recorrido del artista por la pista y gradas del recinto. El trabajo estaba hecho. Todos los presentes estaban completamente entregados a un Kravitz cercano y que continúa desbordando carisma a sus 51 años. El setlist culminó con Fly Away y Are You Gonna Go My Way, los dos grandes clásicos noventeros de un rockero que parece estar más en forma que nunca. La sensación que existía entre el público era prácticamente unánime. Lenny Kravitz llegó, vió y venció en Gijón.
Crónica por Coral González, fotos por Mathieu Bitton.