SINCE 1996: Decirlo en alto nos da un poco de vértigo, pero ya casi hace diecinueve años desde que hablamos por primera vez por un micrófono. Hemos tenido la suerte de poder participar en la historia del rock de aquí durante casi dos décadas y había que celebrarlo.
Uno no se da cuenta de lo que significan diecinueve años hasta que un tipo más alto que tú te comenta que él también está a punto de cumplirles. Han cambiado tanto las cosas en este par de décadas que cuando recordamos como era la radio y el programa por aquel entonces nos parece que vivíamos en una era distinta, mucho más inocente y precaria. Internet le dio la vuelta a todo, para mal o para bien. Mucho de lo que ahora hacemos hubiese sido muy distinto si nuestra época hubiese sido otra. El trato cercano y cotidiano con muchos músicos, salas, diseñadores es signo de los tiempos que nos ha tocado vivir, con esfuerzo diario hemos ido aprendiendo a hacer que las tecnologías jueguen a nuestro favor, y ahora Noche de Rock es un poquito más que un pequeño programa local.
La noche de ayer fue un pequeño éxito, pudimos agrupar a un buen número de personas que creen en todo esto y vinieron a celebrar con nosotros que pese a todo, todos seguimos adelante.
Conocí a Aathma por un recopilatorio Online que colgó Jose de Odio Sonoro. El tema incluido era A Thousand Nails, y me voló tanto la cabeza que nada más terminar me pillé los dos álbumes que tenían hasta ese momento. Luego Vazquez les trajo al New y me acerqué a observar en la distancia: el directo de aquel día fue muy intenso y su actitud humilde y colaborativa me decidió a intentar traerles para la fiesta de este año.
Enseguida pensé en Wayne como segunda banda, porque me parecía que eran lo suficiéntemente distinos y lo suficiéntemente parecidos como para formar un buen cartel, y también porque hacía un porrón de tiempo que no tocaban en directo, y tenía ganas de verles. A partir de ahí todo fue rodado. Kini y CantabrianExtremeMetal nos cedieron el diseño del cartel y el Black Bird se encargó de la pegada. Las bandas se pusieron de acuerdo en el backline, nosotros ultimamos algunos pequeños detallitos logísticos y todo listo; bien facil, con las vueltas que dábamos de antes…
Mucha de la gente interesada en ver a Aathma el día del New se les perdieron porque en Bilbao tocaban Oathbreaker, así que teníamos a nuestro favor las ganas de toda esa gente de sacarse la espina. Su concierto fue, para mi, brillante, sonando como un puñetero bloque de hormigón, con todos los temas enlazados a través de secuencias y creando unas atmósferas que ponen los pelos de punta. Daba gusto situarse en la primera fila y ver a tanta gente moviendo la cabeza al unísono, como si una mano invisible les estuviese manejando. Tienen algo hipnótico que llega más allá de muchas otras bandas del mismo estilo.
Para ser justos diré que alguna otra gente me dijo que no le convencía el estilo de Aathma, o el de Wayne, pero es lo que tienen las fiestas de NdR, que parte del público se acerca a curiosear porque les mola el programa y quieren celebrarlo con nosotros, sin importar quien toque. A mi me produce gran satisfacción saber que al menos varias personas anoche escucharon a estas dos por primera vez, y que volverán el año que viene, también a ciegas, a ver que narices se nos ha ocurrido traer.
Había hambre de Wayne y se notó desde el principio. Como ya sabréis si veis el telediario, parte de los jóvenes de este país están desplazados geográficamente en busca de nuevos horizontes y viviendo nuevas, enriquecedoras y excitantes experiencias. Wayne están pasando un momento dificil como banda, con un ensayo en pascuas y otro en ramos. Trabajan en nuevo material pero las cosas van despacio y no habían tocado en directo en el último par de años, a excepción del bolo que dieron hace un par de semanas dentro del circuito Itinerarte.
Mucha gente les animó desde el principio y tan bien arropados se vinieron enseguida arriba. No se les notó para nada desengrasados. Su mezcla de leña con influencias del metal y el hardcore y los elaborados detalles melódicos de todos los temas siguen haciendo de ellos una de las mejores bandas de Cantabria.
Para mi el punto álgido del concierto fue la colaboración de Manu (Ex Toumai / Voltaje Cadaver) en dos, la mezcla de ambos berridos elevó el nivel de brutalidad hasta límites insospechados.
Esperamos de verdad no tener que esperar tanto tiempo para volver a ver a Wayne en directo y que el próximo disco llegue pronto, porque ya tenemos más que desgastado su último largo y el EP con Neila supo a poco.
No os voy a engañar, porque nunca hasta ahora nunca lo he hecho. Este ha sido un año duro de cojones y hemos sostenido el programa y la web a rastras muchos días. Pero bueno, la vida es así, con sus altos y sus bajos, de momento ahí seguimos, y en pocas semanas comenzaremos a dar los primeros pasos hacia el XX. Noches como la de ayer recargan la ilusión, así que gracias una vez más a todxs los que hicieron posible que saliese como lo hizo.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Isa Ortega, Vídeos por Sierra Nevada y Jhonny Gleez