NO QUEREMOS MOLESTAROS: Con el propósito de no interrumpir la charla de la gente, pero tampoco dejar que la charla les interrumpa a ellos Sierra Nevada comenzaron la mañana del pasado domingo en el Musli. Buen vermut y buena música, plan inmejorable.
Comienza el verano y amanece un domingo de sol estupendo, magnífico para acercarse al Musli, tomarse un vermut en la terraza y ver un concierto. Esta semana los invitados fueron Sierra Nevada, que hicieron lo posible por bajarse de su tormenta eléctrica y ofrecer un repertorio más calmado e intimista, aunque francamente se les fue un poco de las manos.
Ofrecieron un repertorio que intentaba esquivar las partes más duras de su último trabajo “El Infierno” y compensaba con algunas de sus primeras canciones que ya hace un tiempo que no tocan. Aun así como digo fue en vano, porque fueron creciéndose poco a poco y aquello de acústico termino por tener muy poco, cosa que, por cierto, me alegró sobre manera, ya que lo de poder hacer ruido por la noche y no por la mañana es algo que nunca he conseguido llegar a entender del todo.
Hacía ya una temporadilla que no les veía en directo y tengo que decir que cada vez suenan más empacados y conjuntos, y especialmente se ve a Juan mucho más rotundo y seguro en este nuevo registro que comenzó a explorar como vocalista en Sierra Nevada. Me sigue alucinando el abanico de posibilidades que ofrece la guitarra de Ramón y la base rítmica va firme como una roca.
Sierra Nevada tienen una personalidad ya muy definida, pero a la vez se pueden ver retazos más puros de algunas de las partes que la conforman. Así asoman teclados propios de la música ochentera o momentos puramente post rock que contrastan con algunas otras partes más duras.
Me dice Pablo que los conciertos del Musli pararán durante el verano, sin duda estaremos impacientes ante la nueva temporada ya que aun hay muchas bandas que queremos ver desenvolverse en este particular escenario.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez.