Cuando Oskar me recomendó escuchar a Mehnai hace pocas semanas, no podía imaginarme el impacto que me iba a causar la escucha de “Red Dragon”. Un conjunto de canciones que destilan luz, fuerza e intimismo a partes iguales, y en el que la calidad instrumental se une a la imponente voz de Carmen, que domina y redondea el conjunto.
Hablé de dicho disco a muchos amigos, porqué no entendía como un trabajo así no era más conocido, y aguardé a tener la ocasión de poder asistir a un concierto: La oportunidad se presentó el miercoles 15 de agosto. Me presenté en El Reino Eco Bar de Cabezón de la sal, y llegué mientras Carmen, Mario y Rodrigo ultimaban la prueba de sonido.
Poco después comenzó algo memorable. Arropados por amigos y seguidores, El Reino se transformó en un caldero donde se respiraba magia. Con “On the road” empezó un repaso a “Red Dragon” y a la discografía de Mehnai, incluyendo un puñado de versiones escogidas para la ocasión.
La guitarra de Mario y su tono cristalino fue el contrapunto perfecto al detallismo y pegada de Rodrigo al cajón y percusiones. Mientras que Carmen con su acústica y voz se encargó de poner toda la carne en el asador: Sobrenatural la fuerza con la que encaró temas como “The Bible”, “Monsters” o, la favorita del menda, “I’m so tired”, en la que el grupo se transformó en un auténtico vendaval.
Me emocioné con el recuerdo a Jeff Buckley. El malogrado músico estuvo presente gracias a esa preciosa rendición de “Calling you” con la que Mehnai nos transportaron al Sin-E, la cafetería neoyorquina donde el americano grabó su primer EP. Preciosa igualmente fue “All apologies”, pequeño guiño a Nirvana y a esa esencia tan 90s que impregna la música de la cantautora cantabra.
En definitiva, fue toda una lección de cómo hilar emoción, fuerza, elegancia y honestidad; encarnando todas esas virtudes en música.
Hace casi veinte años, Steven Wilson se quejaba en “The sound of muzak” de que una de las maravillas del mundo, se venía abajo. Pues tengo que decir que estoy muy lejos de creerlo. Puede que la popularidad esté reservada a mediocridad y banalidad, pero debajo de la punta del iceberg se esconden muchos tesoros que me hacen sentirme afortunado. La calidad y la autenticidad nos aguardan si estamos atentos.
Desde ahora, Mehnai será prueba irrefutable de que la vida se abre camino, a todos los niveles, y de que este arte maravilloso que esculpe pequeños pedazos del alma todavía tiene mucho que ofrecer.
Texto: Javier Fernández Páiz
Foto: Nuria de la Vega