IMPRESIONADOS: Nos acercamos hasta Erandio para ver el concierto que Obsidian Kingdom ofrecerían junto a Continuo Renacer y Lines. Volvemos muy impactados con el resultado y con ganas de repetir.
Desde que a finales del año pasado descubriésemos a Obsidian Kingdom, su disco Mantiis ha sonado de manera recurrente en el programa, y se ha convertido (con la mano sobre las estadísticas de Last FM lo juro) en el álbum que más veces he escuchado en los últimos doce meses. No es raro, es un disco de gran complejidad, excepcionalmente interpretado y grabado, que ha colocado a estos catalanes no sólo como una de las cabezas visibles de la vanguardia de todo el estado, si no también a un nivel que no tiene nada que enviar a muchas de las bandas europeas que más nos gustan. Es por eso, que al conocer las fechas de su pequeña gira, no esperamos a ver si en algún momento tocaban más cerca, si no que cogimos carretera y nos plantamos en Erandio para disfrutar de su concierto junto a Lines y Continuo Renacer.
De Lines no tenía ninguna referencia, no conseguí encontrar nada de información antes del concierto e iba completamente a ciegas. Me encontré con una banda con riffs potentes y pesados, cercana al rollo Sludge. La voz me gustó más cuando utilizaba registros graves y guturales, y en general, el conjunto sonaba muy potente. Se nota que aunque la banda es relativamente nueva ya provienen de otros grupos anteriores como Legacy of Cain o Think it Twice. Tienen un EP que puedes escuchar en Spotify si te pica la curiosidad.
A Continuo Renacer si que los tenía ubicados; a mediados de la década pasada tocaron en alguna ocasión con Insigne y Metralla Lunar y aunque en aquel momento no asistí a ese concierto si que me llegó la onda expansiva vía foro y me dio por investigarles un poco. Hacen metal progresivo bastante loco e instrumental. Al menos en principio, ya que allí nos llevamos la sorpresa de ver cómo se hacían acompañar por un cantante para algunos temas. El concierto fue espectacular. Tienen un nivel estratosférico y nos quedamos pegados a las primeras filas sin saber muy bien a que instrumento mirar. En cuanto a las voces, me gustó como recurso, ósea, en mitad de un concierto instrumental meter un par de temas con voz rompe un poco el ritmo y hace que sea más ameno, sin embargo, no se muy bien por qué parece que la banda suena algo más plana en esos momentos, y ojo, que el cantante lo hace muy bien, pero es como si la voz tapase la multitud de detalles de los instrumentos y se convirtiesen en un grupo más “normal”. De cualquier manera como digo, con voz también son una enorme banda, pero son una banda distinta. Me traje del merchandising su último disco “The Great Escape” de 2011 y os tengo que decir, así, resumiendo, que es una puta barbaridad.
Por último era el turno del motivo de nuestro viaje, que francamente, lo tenían bastante complicado para responder a las altísimas expectativas que llevábamos con nosotros.
Llevo más de veinte años viendo conciertos, y si bien es cierto que ahora hemos bajado un poco el pistón y seleccionamos más, hemos tenido temporadas de ver a varios centenares de bandas cada año. Quiero decir, me sigo ilusionando y disfruto como el que más, pero no soy ya tan fácil de impresionar. Sin embargo, el sábado salí impactado y con el proyecto de que algún día podáis ver a esta banda con vuestros propios ojos.
El estudio es traicionero, a veces hay bandas que se autocomplacen grabando su sonido ideal y luego nunca llegan a representar ese sonido en directo. Obsidian Kingdom han grabado un disco de composición muy compleja, con partes con muchas capas y muchísimos cambios de ambiente. En directo no sólo la ejecución es impecable, si no que las sensaciones que transmite el disco quedan intactas, los arreglos de teclado no desmerecen, las capas de voces y coros son fiel reflejo de lo que hay grabado en Mantiis, pasan tranquilamente de las partes más ambientales a las más brutas sin dejarse nada por el camino. La cuidada iluminación y proyecciones ayudan a que el concepto, llegue aun más nítido a nuestro cerebro. En resumen, uno de esos pocos conciertos en los que de vez en cuando tienes que frotarte los ojos para asumir que lo que estás viendo está sucediendo en directo.
Ha sido un fin de semana duro, pero también muy motivante, de esos que te dejan exhausto pero satisfecho. Nos venimos con la maleta llena de ideas y propósitos, y también con las miras puestas a las próximas propuestas de la Sala Sonora, que la tenemos a tiro de piedra y nos ha parecido un lugar muy cómodo para ver conciertos.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez.