LOS APLAUSOS QUE BEETHOVEN NO PUDO OIR: La Joven Orquesta Autónoma de Cantabria se lanza a interpretar la novena de Beethoven, con la colaboración de tres coros. Pese a lo arriesgado de la empresa salen muy bien parados y recibieron una larga ovación.
La Joven Orquesta Autónoma de Cantabria lleva ya tres añitos funcionando. Son un grupo de gente entre los catorce y los veintiséis años de los conservatorios de Torrelavega y Santander que han decidido agruparse para formar su propia orquesta. Tal y como ellos mismos reseñaron ayer, no mucha gente apostaba por la idea, y sin embargo ahí les tienes, ofreciendo una Novena Sinfonía a un nivel más que satisfactorio.
Supongo que todxs conozcáis la novena, aunque sólo sea por culpa de Miguel Rios, pero si no es así os diré que no es precisamente una obra sencilla, y que para interpretarla la JOAC tuvo que contar con la colaboración del Coro Lírico de Cantabria el Coro de la Universidad del Pais Vasco y el Orfeón Cántabro. Como podéis ver en la foto en el escenario no cabía un puñetero alfiler.
Alfred Hitchcock decía que si tu ruedas una escena de una conversación entre dos personas y de repente estalla una bomba consigues un susto, pero que si al inicio de la escena enfocas la bomba debajo de la mesa y luego ruedas la conversación, lo que consigues es algo más interesante: Suspense. Beethoven ya lo sabía, por eso plantó ese inmenso coro en el escenario para tenerlo en completo silencio durante prácticamente toda la obra y explotar al final en el glorioso “O, Freunde, nich diese Töne!” una de las frases más reconocidas de toda la historia de la música, clásica o no. Tenía muchas ganas, desde hace muchos años de vivirlo en directo, y gracias a la JOAC ayer fue posible.
El programa constó de la Obertura Coriolano y la Sinfonía. Tras la larga ovación nos regalaron un momento muy peculiar con la orquesta y el coro haciendo una divertida versión del Mambo Número Ocho de Perez Prado. Algunos amigos que estaban conmigo comentaban que habían roto un poco el ambiente creado con la novena, pero personalmente me pareció un guiño muy simpático y me parece que ya va siendo hora de que se vea a los músicos clásicos un poco menos acartonados y tirantes, relajados y disfrutando.
Tras un concierto tan emocionante, sólo nos queda agradecer a la JOAC meterse en este jaleo y a Casyc por poner el sitio. Ojalá vayan para arriba y tengamos muchas buenas veladas cómo esta a partir de ahora. El que labra recoje, y la JOAC está siendo una experiencia impagable para muchos músicos que están teniendo de esta manera su primera oportunidad de tocar en una orquesta. Seguro que el trabajo hará más fuerte, y en definitiva mejor, a la música y los músicos de nuestro entorno.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez.