SEAMOS REALISTAS
Otra vez este año nos acercamos a la clausura de Las Gildas, con la intención de pasar una agradable jornada de domingo y de paso colaborar un poquito con ellas en la construcción de un mundo más justo.
Tras un año de duro trabajo de nuevo la gran fiesta de clausura de Las Gildas. Supongo, suponía, que no hacía falta ya explicar que es exactamente esto y quien lo monta, pero tras hablar con mogollón de gente me encuentro con que muchos han acabado allí por casualidad y sin saber muy bien de qué va la vaina. Así que aprovecho y de la que subo un par de fotos lo cuento, a ver si al año que viene somos aun más gente.
Las Gildas son un grupo de mujeres que durante todo el curso y desde hace más de una década se han apoderado cada domingo del Bar Bolero en Santander y allí preparan unos pinchos para tomar a la hora del blanco. Con el dinero recogido impulsan distintos proyectos de desarrollo en lugares como Argentina, Chiapas, Nicaragua y un largo etc. Cada año organizan también esta fiesta de clausura a lo grande en la que además de los consabidos pinchos hay actuaciones de diversa índole, música en directo, y mucho espacio para stands reivindicativos que ayudan a concienciar a la gente sobre temas tan diversos como El machismo, el maltrato animal o la situación de la franja de Gaza.
En esta edición pudimos disfrutar de varias actuaciones de Danza del Vientre, malabares, controsionismo y percusión, por el prau, como viene siendo habitual también andaban Los Castos haciendo de las suyas, y sobre el escenario Los Bonitos del Norte y The Chigros. Todos ellos creando un ambiente de fiesta que hace de la clausura de las Gildas una de las fechas más esperadas del año y una jornada muy agradable en la que todo el mundo disfruta de un dia de campo, comida, bebida y buena compañía.
Pero el ambiente de relax y alegría no nos debe hacer perder el punto de mira. Especialmente ahora, en estos momentos en los que mucha gente parece estar despertando a una realidad que siempre ha estado ahí, pero a la que nunca habían mirado de frente, es necesario señalar a todos estos colectivos que llevan muchos tiempo caminando despacio en la construcción de un mundo mejor y más justo para tod@s. Alcanzar el imposible es una carrera de fondo, y probablemente nunca le veamos llegar, pero sigue siendo una buena dirección en la que caminar.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez.