¿Quién es más Criminal? De nuevo Molière en el festival de invierno, en esta ocasión con el Avaro adaptado por Jorge Lavelli e interpretado por Juan Luis Galiardo.
No sé si este año me dormí en los laureles, o es que las entradas volaron, pero estuve a un tris de quedarme sin pisar el festival de invierno de Torrelavega. Por suerte unos colegas se acordaron de nosotros y nos habían pillado entradas para el Avaro, digo por suerte, porque de hecho era de todo el programa la que más ganas tenía de ver. Si el año pasado Quique San Francisco nos daba en este mismo teatro la oportunidad de acercarnos a “El Enfermo Imaginario” en esta ocasión gracias al montaje de Jorge Lavelli con Juan Luis Galiardo como Harpagón podíamos hacer lo propio con el Avaro.
Molière estrenó esta obra en 1668, y dicen que está fuertemente inspirada en “La Olla” de Plauto, lo que nos pone, en el mejor de los casos a más de 300 años de distancia y a algo más de 2.000 de algunas de las ideas originales que inspiraron esta obra. Parándonos a pensar un poco parece que algunos defectos, faltas, pecados, o como quieras llamarlos son inherentes al ser humano y por muchos siglos que pasen ahí seguirán. El egoísmo es el origen de gran parte de nuestros males, y por desgracia seguro que seguirá siéndolo muchos siglos más. En el acto segundo Cleanto clama “¿Quién es más criminal a vuestro juicio: el que adquiere un dinero que necesita o el que roba un dinero que no le hace falta?” podría salir en el periódico mañana y sería igual de incendiario. Hace siglos que los que más tienen son los que más veces nos meten la mano en la cartera, y seguimos mirando hacia otro lado.
Tal vez por eso Lavelli ha decidido mantener un vestuario del siglo XVII, mientras que incorpora una escenografía más actual. Elementos móviles que simulan metal envejecido y que dan cierto aire industrial a la escena. Tramoyistas que comparten escenario con los actores y que convierten durante la representación estos módulos en casas, calles o jardines. La apuesta minimalista del teatro moderno, junto al vestuario y el texto clásico, que viene a contarnos que molière capturó la esencia del ser humano, y por eso durará para siempre.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Gure Bilbao.