Se me ha dado la vuelta el estómago cuando, al revisar la fecha de lanzamiento del anterior trabajo de Burning Cuchillo me he dado cuenta de que se nos ha ido una década casi completa esperando su continuación. La vida de las bandas aquí abajo a veces es así, cambios, retrasos, cosas que no salen como debieran y el tiempo que se va. Burning Cuchillo compusieron y pregrabaron material para un disco intermedio que no llegó a ver la luz y más tarde los temas de El Fracaso de la Voluntad que ahora tenemos entre las manos. Teniendo en cuenta el intervalo, el salto estilístico entre ambos albumes es mucho más entendible.
Mientras que su debut estaba formado por temas de crust directo y acelerado, esta segunda venida está caracterizada por un tempo mucho más lento, infecto, farragoso y depresivo. Si la película de Leni Riefenstahl buscaba retratar el auge de una nueva potencia, del orden y la disciplina por encima de todas las cosas, en su reverso tenebroso Burning Cuchillo nos arrastran a una civilización que se ahoga en su propio caos. Tal vez sea ese el hilo conductor más claro entre ambos albumes.
Advierten que el retraso acumulado les ha servido para acumular material suficiente como para que el tercero esté ya casi en el horno. Advierten también de que vuelven a poner el pie en el acelerador y probablemente lo nuevo, se asemeje más a su primer material. Tendremos que acelerar nosotros también, pero no conseguirán perdernos de vista tan fácil.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por BURNING CUCHILLO