Valladolid (España – The Universe) – Esta vez si que conseguimos ir a ver a Depeche Mode, el concierto no estuvo de sobresaliente, pero al menos hemos tachado a otro de los grupos míticos que nos faltaban por ver en directo.
Hasta Valladolid nos acercamos a saldar una cuenta pendiente, dispuestos a aceptar incluso el descaro con el que la cadena Kris Hoteles nos subía la tarifa de la habitación al doble de la primera noche en la que nos alojamos allí a la segunda, que era la del concierto. Tantas ganas teníamos de verles que incluso aceptamos esa estafa. La última vez que vinieron con la gira del Playing the Angel me les tuve que perder a pesar de tener las entradas compradas desde hace meses por motivos de trabajo así que no nos faltaban ganas de verles, por fin, en directo.
Llegamos al Zorrilla sobre las 21.30 con la expectación de ver a Motor. No soy muy fan de la música electrónica, pero pensé que acompañado de un buen espectáculo de luces podría ser interesante, y además me gusta ver estas cosas en directo para ir abriendo un poco la mente a estilos que no controlo. Bueno, pues la cosa es que la entrada marcaba el inicio del espectáculo a las 22:00 y al parecer ellos actuaron a las 20:30 con lo que nos les perdimos.
Como os digo nosotros estábamos aun encontrando un sitio cómodo desde el que ver a los teloneros y de sopetón nos encontramos con el incio del concierto de Depeche Mode. Nos pilló tan a bocajarro que tardamos en reaccionar, además, durante las tres o cuatro primeras canciones hubo algún problema de sonido que no sabría explicar, como si la voz de Dave, o tal vez alguno de los teclados estuviese ligeramente por debajo del tono y con unos subgraves muy saturados. La mayoría de la gente estaba ya bastante entregada y no pareció notarlo, pero a mi se me hizo bastante molesto y tardé un poco en entrar en ambiente. Soltaron parte del repertorio de su nuevo disco al inicio, In Chains y Wrong, y creo que más o menos a la altura de A Question of Time todo comenzó a estar en su sitio y a sonar mucho mejor. Poco después el que para mi fue uno de los momentos álgidos del concierto que fue ver a Martin haciendo una versión acústica totalmente nítida y cristalina de Home. A partir de ese momento empezaron a salir la ristra de temazos que puedes esperar, incluyendo como sorpresa el Master and Servant y cerrando con un duo de Waiting for the Night que hubiese sido un momento precioso de no ser porque un tipo justo detrás de donde estabamos se empeñó en cantarla con un inglés bastante pobre y una entonación terrible. De algunos de los más clásicos, como Enjoy the Silence o sobre todo Personal Jesus sonaron versiones bastante modificadas, más cercanas a algunas de las remezclas que se han hecho de esos temas que a las originales.
La escenografía de Anton Corbjin fue de nuevo impactante con algunos momentos realmente preciosos como la carta que veis en la foto o un ojo de reptil que nos vigilaba a todos desde la bola central, que más tarde se convertiría en bola del mundo y en los labios de una de las protagonistas de las escénas lésbicas que acompañaban a Stripped.
En general el concierto estuvo bien, pero les noté algo cansados y desmejorados, en parte es lógico, sobre todo en lo que se refiere a Dave por su reciente enfermedad que aun debe estar superando. Todos los que habían estado en su anterior gira coincidieron en señalar que esta había sido mucho más intensa, sin tantas pausas entre las canciones y con mejor repertorio.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez.