I Santander Play Festival: Pequeña gran fiesta la que nos proporcionaron las bandas y DJ’s que participaron en la primera edición del Santander Play Festival, en el Palacio de Deportes el pasado 25 de Julio.
Pequeña por la incomprensiblemente escasa afluencia de público, y grande por la idea del festival y la calidad de los artistas.
El evento empezó con algo de retraso debido a problemas en las pruebas de sonido, por lo que la sesión del gran Jesús Ordovás fue más simbólica que otra cosa (sólo llegó a pinchar cuatro temas, y uno se trabó). Toda una institución de la radio española el señor Ordovás, y una persona encantadora.
Después aparecieron en escena El Guisante Mágico. La banda barcelonesa supuso para mí la gran decepción de la noche. Los temas que en su myspace suenan bonitos y elegantes, en el escenario del Palacio parecieron anodinos y deslavazados. Los toques de folk-rock sesentero que apuntan en las grabaciones no se distinguen en el directo, que más parecía una versión mal tocada del London Calling, o de los Gang Of Four. Como me dijo uno de los DJ’s, que algo sabe del tema, cuando en una nota de prensa de una banda se da más importancia a lo bien que visten o a que han compartido internado con los Strokes, que a la música que hacen, mal rollo… Eso sí, mucha “actitud” y mucho glamour a lo Pete Doherty, que eso vende mucho.
El primer cabeza de cartel de la noche, Iván Ferreiro, cumplió con las expectativas, y fue uno de los triunfadores de la noche. Fue el que más público congregó y el que ofreció el concierto más compensado y con mejor sonido (sonidazo). Tengo que decir que a mí Ferreiro me gusta más bien poco, no me entra su lirismo y su voz me resulta hasta molesta, pero al menos en concierto, tiene “algo”. Acompañado por una banda muy solvente, entre los que están su hermano Amaro y el antiguo batería de Sexy Sadie Toni Toledo, despachó temas de sus dos primeros discos, coreados de principio a fin por el público presente, y sin bajones en el ritmo de concierto. A destacar un “Ciudadano A” que alcanzó las cotas más altas de intensidad, en un final apoteósico con un segundo percusionista y mucha caña para lo que empieza siendo un vals suavecito. También la muy coreada “Turnedo”, una favorita del público. No tocó ningún tema de Los Piratas, a pesar de las peticiones del público, lo que demuestra que quiere dejar bien claro que aquello, aunque grande, es el pasado, y que esto es otra cosa. Bravo por él.
El siguiente “grande” de la noche fue Quique González, acompañado de su Aristocracia del Barrio. Su propuesta es más “americana” que la del gallego, y se pueden identificar influencias de Tom Petty, Dylan y por momentos incluso de Springsteen o el primer Bryan Adams. También se acerca a músicos patrios como Los Secretos, Burning o incluso Sabina. Su concierto se me hizo más pesado, más monótono, y tampoco ayudó que el sonido fuera menos pulido que el de Ferreiro, más ruidoso, y el set más largo del festival. Aún así, se lo monta bastante bien en escena y sabe cómo conectar con su público. Invitó a subir al escenario a tocar con él a Fernando Macaya, guitarrista de Los Deltonos y líder de Chik-Tones, que dirigió el documental que acompaña en DVD a su “Avería y Redención”, y con quien está colaborando en un proyecto paralelo. Cerró con uno de sus temas más famosos, “Vidas Cruzadas”, pero no hubo el esperado dueto con cierto gallego bajito…
Estereotypo fue el último grupo en actuar, y aunque sólo tocaron ante una décima parte del público total (tristemente, hubo desbandada tras acabar Quique González), para mí fueron los triunfadores de la noche. No pararon de hacer bailar a los que se arriesgaron con su propuesta pasadas las 2 de la madrugada. Sergio, David y Fran aprovecharon la oportunidad brindada y ofrecieron un gran espectáculo. Empezaron potentes con “Horny Shoes” y “Think Outside The Box”, y tuvieron en “Electro-Funky Party” y “Mysterious Gods” grandes momentos. Pero para momento el que pudimos disfrutar los que quedábamos allí cuando casi al final, Iván Ferreiro salió a escena para cantar con ellos “Años 80” de Los Piratas, ante el delirio de la (pequeña) multitud. Con el rollo electro de la versión y la voz de Iván, parecía casi una remezcla bailonga más que una versión. Puede que Estereotypo hayan sonado mejor en otras ocasiones, o que hayan dado mejores conciertos, pero sin duda éste quedará como uno de los más memorables. Con esto y la final del Sonorama, tienen el éxito al alcance de los dedos, y espero que lo logren, se lo merecen.
Tras los santanderinos, Mendetz, esta vez en calidad de DJ’s, se encargaron de cerrar la noche, aunque el cansancio hizo que me retirase sin apenas poder disfrutar de su sesión.
Una sensación agridulce la que deja esta primera (y esperemos que no última) edición del Santander Play Festival. Un éxito casi total en lo artístico y organizativo, pero un fracaso de asistencia. Una pena, la verdad. A ver si el año que viene, otro cartel u otra fecha logran lo que no ha conseguido esta edición.
Crónica por Absento, fotos por Arantxa Cobo.