ROUND II: Nada Surf regresan a España tras agotar las entradas para sus primeros conciertos de presentación de Lucky en nuestro país. Esta vez no se nos escaparon, al menos a nuestra colaboradora Alisea.
Después de dos meses, Nada Surf volvieron a Madrid el 29 de abril. ¿La diferencia? Esta vez no nos quedamos sin entradas y asistimos a su concierto en La Riviera. Tras comprobar que no había demasiada gente dentro de la sala (tal vez por la proximidad anterior concierto, o por la cantidad de gente que había bebiendo fuera), buscamos un buen sitio prácticamente en primera fila.
Abrieron la noche Bell X1, (ex banda de Damien Rice), que, más que animar el auditorio parecía que estaban cantando nanas. El público no demostró demasiado entusiasmo, quizá por una elección bastante floja del repertorio, o por no explotar las posibilidades que un directo puede aportar.
De segundo Clovis, un grupo de pop melódico español que intercalaba a sus dos cantantes, masculino y femenino, a lo largo de su estancia en el escenario. Sin embargo, a pesar de las ganas y la energía que transmitían, quedaron algo deslucidos por los continuos problemas de sonido que llegaban a tapar las voces.
Tras la intensa espera y comprobar que la sala ya estaba prácticamente llena, aparecen los neoyorquinos Nada Surf, y al grito de “¡vamos!”, comienza a sonar “Hi-speed soul”, de su último disco “Lucky”, al cual dan un pequeño repaso en la primera parte de su concierto, tocando temas como “Whose Authority”, “Beautiful Beat” o “I like what you say”. Sin embargo, los problemas de sonido siguieron empañando la velada. Acoples, ruido, problemas con los micros,provocaron el enfado (razonable) de algunos miembros del grupo, como Daniel Lorca, que en una ocasión dejó incluso de tocar, aunque después reanudó su tarea. Problemas a parte, hubo tiempo también para rescatar viejas glorias, que terminaron de levantar el ánimo del público, como “80 Windows”, “Inside of love”, y “Always love”, que, sorprendentemente fue una de las canciones más cañeras de la noche.
La guinda la pusieron temas más vitaminados, como “See These Bones” o ya en el bis “Blankest Year”, todo ello regado por la constante interacción con el público, pidiendo desde el escenario que si unos bailes por aquí, unos coros por allá y de paso unas palmas. En definitiva, una buena noche que sirvió para quitarse la espinita de tiempos pasados, pero que no fue perfecta debido a los problemas técnicos. Siempre hay algo.
Crónica por Esther I., fotos por Esther I..
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