GENIALIDAD INTERMITENTE: Spin Doctors ponen la guinda al Black Music Festival que ha tenido lugar durante el mes de Abril en Girona y por el que han pasado nombres tan importantes como James Taylor Quartet o Maceo Parker.
El pasado día 12 de Abril, un evento llamado “Black Music Festival”, contó con la actuación de SPIN DOCTORS, como cabezas de cartel. Todas las actuaciones, que suponen prácticamente un mes completo de música en directo, se están desarrollando en Salt (Girona), y contó con los neoyorquinos como plato fuerte del festival. Hace mucho tiempo que Spin Doctors es una formación difícil de ver en directo. Después de un parón muy grande tras su tremendo éxito en los años 90, el grupo se juntó de nuevo en 2005 para componer un nuevo disco, titulado “Nice talking to me”. Pero incluso con un nuevo plástico bajo el brazo, la promoción y gira no fue especialmente intensa. Los proyectos paralelos del cantante Chris Barron (en solitario y actuando en locales de pequeño aforo), las sesiones de estudio del baterista Aaron Comes con otras formaciones o las clases de bajo de Mark White, entre otros factores, han apartado a Spin Doctors del trabajo duro de carretera. Como prueba, comentar que la actuación en Girona, ha sido la única fecha en Europa de la banda, y tan sólo tienen anunciadas otras cinco o séis fechas más en el resto del mundo (esencialmente Estados Unidos). Supongo que el “declive” de un grupo que ha vendido millones de discos como es el caso (que se dice pronto…) está motivado por muchos factores. Si no se gira ni se promociona, si los proyectos paralelos empiezan a ocupar demasiado tiempo, etc, vas perdiendo el apoyo del público. Actualmente los conciertos de Spin Doctors, parecen ser reuniones puntuales, y muy esporádicas, lo cual es una verdadera lástima. Es por esto que no podía dejar la posibilidad de verlos, ya que con ellos tienes la sensación de que es la última.
Con una puntualidad impecable, aparecieron a las 22:00 horas, tal y como se anunciaba, “La banda del Yuyu”, los teloneros de los Spin, que supongo sean locales. Los vi a lo lejos, ya que los escenarios esaban separados y no quería perder mi ansiada primera fila. Su rollo era más bien clásico, rock ‘n’ roll muy guitarrero con toques de blues, sonando bastante bien en directo. Fue muy agrdable comprobar que su actuación fue seguida por la inmensa mayoría del público asistente, en lugar de permanecer fuera antes del plato fuerte, como sucede en muchas ocasiones. Nada nuevo ciertamente, pero todo muy bien hecho, buenos solos rockeros, buen sonido de Marshall y Fender de toda la vida caldeando el ambiente a la perfección.
Tras su actuación, y de nuevo con escrupulosa puntualidad, salieron a escena SPIN DOCTORS a las 23:00 h. El primer tema fue “What time is it”, para mi gusto, estandarte del sonido de la banda. Una combinación deliciosa de funk-rock que tiene ya 16 años a sus espaldas. Esperaba encontrarme una actitud y sonido mucho peor de lo que encontré. ¿Cómo se puede ofrecer un buen concierto sin ensayar, y estando cada miembro del grupo disperso con sus circunstancias? No sé cómo lo hacen, porque solamente por citar al más carismático, el vocalista Chris Barron, en el mes de abril ha acudido a las fiestas de Semana Santa en Málaga (portando incluso los tronos religiosos), ha ofrecido esta fecha con los Spin Doctors, y atendido sus bolos en solitario en Estados Unidos. En todo caso, el grupo está muy en forma y los temazos clásicos como “Jimmy Olsen’s Blues”, “Two Princes” o “Big fat funky booty”, “How could you want him”, etc, se sucedían intercalados con los pertenecientes al último disco (“Margarita”, “Sugar”, “Can’t kick the habbit”…). Básicamente el recital fue un homenaje a su primer disco “Pocket full of Kryptonite”, del cual tocaron aproximadamente siete temas.
Spin Doctors es un grupo de grandes músicos. No hay uno de ellos que baje para mi gusto de la categoría de excelente, o al menos carismático en el caso del vocalista. Pero lo que no esperaba en absoluto, es el papel tan crucial que juega Michael Schenker, guitarrista de la formación, el cual entre otras cosas, cantó dos temas (“Genuine” y “Off My line”). A parte de esto, su empuje en el concierto fue constante, de tal modo que acaparó contínuamente la atención con solos clavados a los discos y añadiendo después grandes tiempos de improvisación ante el disfrute y sonrisa permanente de Chris Barron. Estuvo realmente excepcional, incluso haciendo coros bastante complicados teniendo en cuenta las rítmicas que procesaba simultáneamente. Realmente genial. No obstante, había que estar sordo para no gozar además con cada golpe de cuerda de Mark White, el genial bajista que emanaba funky por los cuatro costados. Igualmente el baterista Aaron comes estuvo tremendo. Y de éste modo, el bolo se iba sucediendo de un modo que no esperaba en absoluto (por todo lo que hemos comentado anteriormente de su inactividad). A parte de mostrarse muy enérgicos en el escenario, hubo todo tipo de interacción con el público (en Jimmy Olsen’s Blues el cantante a media canción propuso varias melodías seguidas de voz, cada vez más complicadas al estilo “simon dice canta esto”, que los asistentes repitieron a la perfección. Por otro lado, hicieron pasajes instrumentales e improvisiciones (esencialmente a cargo del guitarrista) que hicieron las delicias del respetable. Hubo tiempo también para un pequeño sólo de todos los instrumentistas (guitarra, bajo y batería).
Después de un buen rato de grandísimos temas, el grupo abandona el escenario y el público reclama su presencia bien alto. Cuando vuelven, el batería hace una seña a sus compañeros, diciendo que dos más, aunque después tocaron al menos cinco temas, empalmándolos tras complejos solos del guitarrista. No sé hasta que a punto esto estaba preparado o no, pero la sensación que dio, es de espontaneidad. Creo que se lo estaban pasando bien y el guitarrista tiró para hacer algunos temas más, entre los que estuvo “Yo mamas a Pajama”, funk-rock del bueno para delirio de los presentes.
Tras una una hora y cuarenta minutos de concierto, SPIN DOCTORS acaban finalmente lo que fue un conciertazo, sobre todo para aquellos que adoran sus primeros discos, como es mi caso. Dejados los instrumentos en su sitio, los cuatro componentes despiden la función en el frente del escenario, “abrazados como en los finales de obra de teatro”. Después de dejar un sabor de boca inmejorable, no dejaron pasar ni un minuto para bajar y acercarse a sus fans, firmando autógrados, sacándose fotos con la gente, etc, lo cual siempre me ha parecido una gran deferencia con el público que se agradece un montón.
Pude completar mi deseo de estar unos instantes con ellos, después de tantos años (16) escuchándolos, y la verdad esque fue uno de esos días en que piensas lo grande que es la música y éste tipo de sensaciones. Según me comentó un organizador, la fiesta en el recinto continuaría con una “pinchada” de rock, hasta las cinco de la mañana. Seguro que los de New York estuvieron en ella, aunque yo lamentablemente me tuve que marchar para comenzar el regreso a Santander en unas horas.
Me encantaría que esa genialidad intermitente, esos bolos esporádicos y reuniones puntuales, fuesen poco a poco a más, haciendo que el grupo sacase otro disco y que volviesen al trabajo del día a día como banda. Tienen demasiado talento como para dejarlo, sería una pena. God save the Spin Doctors!!
Crónica por Miki, fotos por Miki.