Hace ya varios discos que Leprous dejaron de ser un grupo sorpresa y emergente para convertirse en un grupo de vanguardia y al que miran las bandas noveles como referencia, lo que les hace tan grandes es tener una identidad propia que van acentuando en cada disco, concretamente en Malina su última entrega hasta la fecha (salió en 2017 y fue el décimo disco favorito del año para los oyentes de Noche de Rock) es un disco donde retoman las cosas que les hicieron, a mi parecer, llegar a ser una de las referencias del Metal Progresivo actual.
Su apuesta es la de siempre, riffs afilados, ritmos sincopados y locos en la batería y una vuelta a esas melodías y juegos vocales y armónicos que me fascinaron la primera vez que escuché su maravilloso Billateral. Siendo un grupo del cual me declaro muy fan, ni The Congregation ni Coal han sido discos que me han gustado ni la mitad que este Malina, ya que esta vez han ahondado en todo lo que les ha hecho triunfar y han dejado su lado más Avant-garde para centrarse más en las melodías vocales, los coros y en general más hacer canciones y menos experimentación.
Centrarse en la parte más melódica no significa que no sigan por sus derroteros más avant, y agresivos, ya que las guitarras son igual de locas que en sus otros discos. Cabe destacar la maravillosa batería de Baard Kolstad que marca el compás dominante en todas las canciones haciendo unos juegos rítmicos espectaculares, de esos que hacen que estés moviendo el cuello y maravillándote a cada momento. Otra cosa que destaca en Malina es la voz de Einar Solberg, me parece muy personal y con el paso de los años va ganando en matices, así como todo el trabajo que hay en los coros, presentes en casi todas las canciones dando muchísima profundidad.
En un disco genial en general hay algunas canciones que destacan como el tema de apertura Bonneville, con ese comienzo tan jazzero y esa intensidad que va fluctuando a lo largo de toda la canción, el single Illuminate con ese gran estribillo y coros, como remando tras la batería intentando alcanzarla y mi favorita Mirage, con un estribillo tan melódico y pegadizo que no te lo quitarás de la cabeza en días.
Un disco superrecomendable de metal progresivo, y que recupera todo lo que me hizo engancharme a Leprous hace ya varios años con Billateral.