Por fin se estrenó la tercera parte de la saga Spiderman, y llamandose esta sección de la página como se llama no podíamos hacer menos que dedicarle un hueco.
Esta es la fria despedida, por ahora de Sam Raimi, muchos esperábamos algo más. El director muestra en esta cinta su intención de poner el punto final, al menos por su parte, con la saga del trepamuros, hecho que vemos desde el inicio, en los créditos, donde se muestran imágenes de las dos primeras entregas, dando a entender que esto se acabó.
La trama nos muestra a Peter Parker en un punto álgido, sus estudios universitarios, su relación con Mary Jane, así como su identidad secreta marchan viento en popa. Pero los nubarrones comienzan a cernirse de nuevo sobre su vida: un nuevo supervillano aparece en la ciudad, Sandman; Harry Osborn retoma los pasos de su padre, una criatura extraterrestre se intenta apoderar de spider-man y por si fuera poco las cosas con M.J. empiezan a ir de mal en peor.
Todos estos personajes y tramas alrededor del arácnido conforman una historia poco definida, aunque con algún destello de calidad, porque una vez más se cumple aquello de “el que mucho abarca poco aprieta”. Esto es, sin duda, el gran fallo de esta tercera entrega, sobran personajes. Sigue estando estupenda Kristen Dunst en el papel de Mary Jane, siendo esta parte de la trama de lo mejor al igual que en las dos primeras entregas. Carecen de interés las apariciones de Sandman y del nuevo Duende Verde, si bien se fuerza su entrada para que Parker finalmente se acabe reconciliando consigo mismo. Aunque es con estos personajes donde se ha echado el resto en los efectos especiales y en las peleas, muy espectaculares.
Con todo esto queda muy desdibujada la que debería haber sido la única trama, la que muchos esperábamos, el traje negro. Y lo poco que ocupa respecto al total del film es bastante interesante, salvo por algunos toques humorísticos ridículos. Parker se vuelve más violento y malvado con su nuevo “traje poseido” que redobla sus poderes (y que en el cómic le permite disparar telas sin su invento); el rechazo del simbionte desembocará en la aparición de Venom (Eddie Brock) el verdadero némesis de nuestro héroe.
Dos hora y media de buen entretenimiento, aunque el listón siempre estará muy alto con la obra original de Stan Lee y los posteriores continuadores de la saga.
Crónica por Orthanc, fotos por Columbia Pictures.