Londres Oculto: Nos traemos de Cantabria Oculta, con permiso de Arantxa la crónica del concierto de Bauhaus en el Brixton Academy de Londres. Si quereis ver más fotos del evento, podéis pinchar en el enlace inferior que os llevará directamente a Cantabria Oculta.
Empieza a verse el lado oculto de la noche. Hordas de personas embutidas en negro riguroso hacen paciente cola en la puerta del Brixton Academy de Londres. La tensión se nota en el ambiente. Las mejores expectativas al descubierto.
Sin teloneros, sin retraso, comienzan unos verdaderos mitos, los grandísimos Bauhaus. Peter Murphy aparece de la oscuridad subido en una tarima iluminada, sólo para él. Sigue siendo el mismo, los mismos movimientos espasmódicos, la misma voz. Empieza la fiesta con “Burning from the inside”, y llega la locura con “In the flat field”. Mr Murphy se baja de su tarima luminosa, y empieza el espectáculo, se suceden “God in an alcove”, La genial “In fear of fear”, “Terror Couple Kill Colonel”, “Swing the Heartache”, con el público tremendamente animado. Yo por mi parte, pagué una entrada por estar en el suelo como todo el mundo, pero como veréis por las fotos, me tocó bastante más arriba, sentadita. Entiendo que quizá fuera una falta de respeto, pero todo el gotiqueo allí reunido tenía menos espíritu que los guardas de seguridad, así que me levanté, y bailé, porque me apetecía, porque no recorrí los kilómetros que haya desde España para quedarme sentada viendo a uno de mis grupos de cabecera. Me tiraron cajetillas vacías, me increparon, pero poco me importó, a mi, y a los que se unieron a mi, porque era un auténtico coñazo estar sentada viendo ese pedazo de concierto. Evidentemente, con la siguente canción, ya nadie se quedó indiferente.
“She’s in parties” probablemente la primera canción realmente oscura que he escuchado en toda mi vida, precedió a “Spirit”, y ésta a la magnífica “Passion of lovers”, cortísima, intensísima, electrizante. Lo que realmente me encantó de este concierto fue que no se empeñaron, como hacen muchos grupos que vuelven, en mostrarnos revisiones de sus temas clásicos, o sonar diferente. Aquí, exceptuando ellos mismos, todo seguía igual, los temas sonaban poderosos, el bajo de David J tenía todo su protagonismo de antaño. Como hace 20 años. Como en esa cinta que nunca salía de mi walkman.
El concierto continuó, “Silent Hedges”, “Kick in the eye”, que hizo bailar a todo el auditorio, la siniestrísima “Hollow Hills”, escalofriante, que nos dejó hasta con mal cuerpo. No se que os puedo contar, porque hay que sentir pasión por un grupo, y estar en un sitio tan monumental como el Brixton academy, sentir en el ambiente la adoración. No es cualquier grupo, son los padres de todo esto. Continuaron con “Rose garden, funeral of sores”, “Stigmata martyr”, “Hair of the dog”, y la esperadísima “Dark entries”, con la que dijeron hasta luego…
El primer bis comenzó muy íntimo, con la preciosa “All we ever wanted”, y continuó con “Severance”, con la cual volvieron a despedirse. Para la completa locura del auditorio, el siguiente bis contenía lo mejor del concierto, empezando por una ( estaba esperando un término mejor, y más trabajado, peor sólo se me ocurre este) FLIPANTE versión de “Transmission” de Joy Division. Brutal, cerrando los ojos paecía que el espíritu de Mr Curtis estaba presente. Creo que ver este tema en directo tocado por quienes lo tocaron, ha sido de lo más impresionante que me ha ocurrido nunca. Este tema lo empalmaron con un trozo de “St Vitus Dance”, para acabar otra vez con de “Transmission” .
Lo siguiente que nos esperaba eran dos joyas, como son “Telegram Sam”, aquella versión de T Rex que tan bien supieron hacer suya. La siguiente joya era ni más ni menos que su versión de “Ziggy Stardust”, de Bowie, que dejó al público más que satisfecho. Pero faltaba aún algo importantísmo. Un tercer bis que contendría la (para mi), canción más siniestra de la historia, “Bela Lugosi’s dead”. Precedida por el final de “Ziggy stardust”, reintepretado tras la retirada de todo el grupo del escenario, y acabando con un “now Ziggy plays gui-taaaaar” que llenó de aplausos el auditorio, las luces se bajaron, Peter Murphy se enfundó en una capa negra, con una iluminación muy cuidada, y realmente acongojante, daba comienzo la oda al hombre que se creyó Drácula. “…Undead, undead, undead….” los lamentos de Murphy sobre el escenario hacían erizarse al vello de la nuca, y había algo en el ambiente que hacía pensarque quizá esa invocación surtiera efecto. Todo el mundo estaba en un silencio sepulcral, nunca mejor dicho.
Qué mejor final para una noche completamente mágica. “…Oh Belaaaaaaa, Bela’s undead…..”
Crónica por Arantxa Cobo, fotos por Arantxa Cobo.