Esguince cerebral: Nuestra forera y colaboradora Nyneve viaja hasta Soria para comprobar como el hada verde y la música de Insigne desquician a los lugareños.
De nuevo Insigne en Soria…. Si la anterior vez que pasaron por allí, la gente ya se quedó un poco pillada, esta vez el esguince cerebral fue aún más sonado.
Para quien no lo conozca, Duruelo de la Sierra, se encuentra en Soria, y ya desde unos años, Jesús, antiguo batería de Lunática, lleva programando una serie de conciertos todos los inviernos por esas tierras, llevando el todo el tema del sonido. El trato es inmejorable, tanto para los grupos como para los acoplados que les acompañamos. Tras una cena cojonuda, se presenta una hora y media de concierto, con un lleno total del garito, que ya quisieramos tener por aquí siempre, para tener a nuestra disposición las habitaciones del hotel, con lo que cada uno, pues lo que aguante, aunque al día siguiente siempre sea demasiado tarde.
Recapitulando un poco todo lo ofrecido.
Al llegar, nos encontramos con el ya conocido por muchos de nosotros, Casa Rómvlo, un hotelito rural, precioso, el cual alberga una cafetería- pub – todoenuno en la planta baja, un salón comedor bien chulo en la primera, y una serie de habitaciones preciosas en la primera planta.
La cena que nos ofrecieron, fue como siempre deliciosa: paté casero (tremendo según los entendidos), rabas, para que nos sintamos como en casa, ensaladita de tomate y rábanos, costilla con una salsa de chuparse los dedos, y de postre, esa pedazo de tarta de tiramisú que está de muerte. Café y chupito (o no tan chupito), así como unos traguitos de absenta que llevaron los del grupo para agasajar a nuestros anfitriones.
A la 1 de la mañana, una hora bastante tardía para lo que acostumbramos por nuestra tierra, dio comienzo el concierto-espectáculo.
Insigne, como ya nos tienen acostumbrados, subieron a la plataforma disfrazados, esta vez de leñadores y uno a uno, fueron tocando todos los temas incluidos en su recién publicado Girociclo, así como otra serie de canciones anteriores que ya conocíamos. Un sonido estupendo, y es que cada vez, Jesús tienen más pillado el truquillo a la sala. Lo bueno, pues lo sueltos que se les veía a la formación. Porque Nando, Isma, Charly y Nahum, se la gozaron como nadie, y es que, siempre parece que al final, son ellos los que mejor se lo pasan.
En esta ocasión, entre los espectadores, hubo una serie de animadores profesionales, vaca y arlequín, que hicieron alucinar aún más a autóctonos y foráneos.
Entre el show, pues ya sabemos que estos tíos son incapaces de limitarse a dar un concierto, hubo juego de las sillas incorporado, en la que el ganador, un chico de la zona, se pudo llevar a casa un cd de estos chicos.
Como novedad, con una reverb del horror, Nahum nos enseñó una nueva adquisición…. Una flauta tuareg, de nombre impronunciable, que no tengo ni idea de cómo se puede escribir, pero que suena algo así como Shuchra, que consta de dos flautas terminadas en cuerno de ¿cabra? (desde luego, a algo así huele), aunque de momento, sólo se atrevió a que sonase por uno solo de los conductos.
Lo malo, pues que se echó de menos, el sonido de la bandurria en Caribe, y la flauta de Titu en todas las canciones en las que suele colaborar, pero esta vez, no pudo ser.
Entre la gente de allí, se oían bastante comentarios, del tipo de “vaya pedrada que gastan, pero que buenos son los cabrones”, así como otros varios hacia los dos animadores especiales, que hicieron el concierto aún más divertido de lo previsible.
Y tras el concierto, pues varias horas de degenere vario, copa tras copa, mientras en la sala iban surgiendo temas musicales tan diversos como el grease lighting, offspring o ….. bueno, pasaros por allí otra vez a comprobarlo. (la verdad es que soy incapaz de recordar mucho más), pero en cualquier caso, una mezcla de lo más ecléctica para casi todos los gustos. Su puede bailar, se puede saltar y se puede berrear.
Es agradable la percepción del panorama musical cántabro que tienen que tener por esas tierras, y es que así, a bote pronto, recuerdo que han pasado por allí gente como Bifrost, Emboque, Lunática o Insigne, y qué suerte, tener al lado de casa, un sitio en el que a pesar de estar algo aislado de núcleos urbanos más grandes, tienen prácticamente todos los fines de semana, música en directo, y después buen ambiente y música hasta que el cuerpo pida la cama.
Un 10 a todos, grupos, asistentes, el grupo, y muy especialmente, a Casa Rómvlo y Jesús, que se lo curran como campeones.
Crónica por Elina Muñoz, fotos por Hector Gárate.