VICTOR SE VA: Con la excusa de ver a Lunática de nuevo, nos plantamos camino Soria hasta llegar a Duruelo, y conocer si era cierto todo lo que nos habían contado de la casa de las 1.000 maravillas. Y si, era cierto.
No tan frecuentemente surgen planes tan interesantes; Fin de semana en casa rural, concierto y fiesta a unos 100 metros exactos de la cabecera de tu cama, cena, desayuno, tapeo al dia siguiente, visitillas culturales en los alrededores y sobre todo un montón de amigos viajando juntos.
Nos habían contado tantas veces lo de Casa Romvlo que ya no sabíamos que pensar, pero si, es cierto, trato excelente y profesional, respeto hacia el músico y hacia el acompañante, y claro, la gente se va contenta y quiere volver, la gente está contenta y toca lo que le pidas… trae a amigos y habla bien del sitio. Una lección básica de hostelería para el mediano comerciante, que más de quince que conozco deberían repasarse.
Pasamos la tarde viendo las huellas de Dinosaurio y la Necrópolis medieval de los pueblos colindantes y a eso de las siete nos sentamos a tomarnos unos cubatas mientras esperábamos al concierto. Más o menos a media noche, los encargados de Casa Romvlo nos llamaron para tomar una riquísima cena, a base de pimientos rellenos, bistec en salsa y demás exquisiteces.
Después de el café y la copa, volvimos a bajar a la zona de Pub para ver el concierto de Lunática. Ah, si… que para eso habíamos venido.
El concierto se dividió en dos partes, ya que al parecer es costumbre de la casa. Lunática hicieron un pequeño set acústico en el que incluyeron unas cuantas versiones, alguna de los Planetas y de los Pixies, creo recordar.
Tras un pequeño parón de unos quince minutos volvieron ya con batería, en el que fue, por cierto el anteúltimo concierto de Lunática con Victor sentado detrás de ella. Hace un par de meses colgabamos por aquí la despedida de Jesus, y por desgracia ahora es Victor quien tiene que dejar el puesto de batería por motivos laborales.
Y digo que es una lástima porque, creo que estabamos empezando a intuir el sonido de Lunática con Victor a la batería. Consistente y poderoso. Especialmente el tema nuevo, Self Destruction, que ya habían compuesto entre todos, sonaba como un tiro. Pero bueno, las cosas son así…
El set fue más corto que de costumbre, o al menos se nos hizo, supongo que por la pequeña división entre lo acústico y lo eléctrico. Al final tuvieron que repetir algunos de los temas, como Way Back.
Hay que destacar también en comparación, la gran cantidad de público asistente, que nos sorprendió gratamente. Aunque también es cierto que no parece haber muchas más opciones por los alrededores.
Nos volvimos para casa contentos de haber establecido contacto con este sitio a través de Lunática, y esperando que en un futuro cercano tengamos más conciertos interesantes que ver por allí, que nos den la excusa perfecta para repetir fines de semana como este.
Crónica por Oskar, fotos por Oskar.