Haken ya llevan una década entre nosotros (aunque Tom Maclean, y Richard Henshall ya habían trabajado juntos anteriormente en To-Mera), y en ese tiempo nos han dejado una demo, cinco discos, un EP y un directo. Una escalada sin fin que les ha puesto en tan poco tiempo en nuestro olimpo. Su carrera discurre hacia una música cada vez más enrevesada y dura, con una primera etapa en el sello Sensory, de influencias más clásicas y una segunda con el paso a Inside Out con The Mountain en la que abrazan al metal de manera progresiva (apréciese el juego de palabras).
La banda reconoce que haber compartido cartel con el Shattered Fortress de Mike Portnoy les empujó en una dirección más dura, y que una vez tomada la decisión todo fluyó de manera muy sencilla para este álbum. Nos encontramos, sin duda, en su esfuerzo más próximo al Math Metal con intrincadísimos ritmos que no acabarás de asimilar hasta que le des un par de vueltas a la versión instrumental que viene como bonus en la versión especial del disco. Sin embargo, y como es habitual es su música, todo fluye con sorprendente naturalidad, incluso los quiebros rítmicos más arriesgados. En contraste a las piezas más complicadas como Puzzle Box o Veil, nos encontramos con otras comos Host, que se sustenta con muy pocos elementos, demostrando que esta música va de eso, de utilizar las herramientas que mejor te venga en gana para contar una historia, sin dejar de lado los más sencillos cuando es necesario. Como siempre en Haken, la guinda del pastel la ponen la particular tesitura y timbre de Ross Jennings y el loco banco de efectos de sonido para los teclados. Son marca de la casa, y culpables en la mayoría de los casos de que el público les odie o les adore.
Diego Tejeida (teclista) reconoce tener gran interés por el psicoanálisis, y afirma haber utilizado su propia experiencia como paciente para guiarnos en el viaje que Vector propone. Un viaje que comienza en el diván de un Doctor que utilizando los métodos de Milgram, Skinner y Roschard intentará adentrase en el subconsciente de un paciente catatónico. En la lírica puedes encontrar referencias cruzadas a películas como El Resplandor, Alguien Voló Sobre el Nido del Cuco o Bronson, mezcladas con autoreferencias a otros trabajos de Haken.
Dice Camilo Sesto que la música actual es una mierda, y a mi me dan ganas de ponerle como a Alex de la Naranja Mecánica, atado a la silla, oidos abiertos a la fuerza, a escuchar discos como este, hasta que les coja manía para siempre. Sí amigos, podéis llorar en una esquina porque los tiempos mejores ya pasaron, o estar al tanto de las bandas que están creando la música de los años que nos a tocado vivir. A finales de la segunda década del S.XXI se siguen firmando maravillas como esta, el problema es tuyo, si no quieres darte cuenta.