Cualquiera que haya tocado en una banda, sabrá que una de las frases más manidas es “¡Habrá que hacer una versión”, seguida rápidamente de “¡Vale! Pero la tenemos que dar nuestro rollo”.
BLACK STONE CHERRY lo ha llevado a su máxima expresión con este EP, en el que de primeras llama la atención el título de ‘Black To Blues’, dejando claro que van a trastear con las raíces del género y con el juego de palabras de “Back” a “Black”, quizá por el propio nombre del grupo, que ha aprovechado para hacer un repaso de las estrellas del Blues más añejo, permitiéndose incluso repetir a Willy Dixon entre los 6 cortes que componen el trabajo.
Nada más empezar, nos encontramos un ‘Built For Comfort’ con una brutalidad de riff de introducción y un derroche de poder que lo traslada prácticamente a terrenos del Stoner hasta la entrada de la estrofa, que se reconcilia con las estructuras clásicas del blues. Compararla con el original de Howlin’ Wolf puede cortocircuitar las neuronas y, como divertido ejercicio, he creado una playlist en Spotify donde comparar las canciones originales con las versiones de los de Kentucky.
La misma dinámica de embrutecimiento de clásicos lleva ‘Champagne & Reefer’ de Muddy Waters, que en este caso mueve el protagonismo de la armónica a un poderoso sólo en la zona intermedia, y ‘Palace Of The King’ de Freddy King, una de las más reconocibles en su metamorfosis con unos coros muy bien conseguidos.
‘I’m Your Hoochie Coochie Man’ es el primer guiño a Willie Dixon y deja una de las pistas más interesantes del disco, junto a la primera, con unos dramáticos arreglos de metales que se te quedan grabados a fuego y te hacen levantar las orejas cada vez que el EP da una vuelta más en el reproductor. Mucho protagonismo de los metales también en ‘Born Under A Bad Sign’ de otro intocable como Albert King, en este caso muy similar a la original con el punto extra de energía. En la misma onda que ’I Want To Be Loved’, otro tema escrito por Willie Dixon y basada en la interpretación de Muddy Waters.
‘Black To Blues’ ofrece justo lo que promete con su título, un respetuoso repaso por los orígenes del blues desde el punto de vista de BLACK STONE CHERRY, tomando como base la solidez sonora de la banda y el chorro de voz Chris Robertson, con un resultado digno de escucha para los amantes del género y que también puede permitir acercar los grandes clásicos a los más profanos, que de otra forma se podrían perder en una internada a pecho descubierto.
Juan Manuel Pinto