INGRAVITÖ
2009. Pamplona, Iruña. Mikel, Javi y Txus. Se podría decir que éste es el nacimiento oficial de Ingravitö. Surge como respuesta a las inquietudes musicales de sus miembros y con el objetivo claro de sincerarse con la música para poder crecer a través de ella. Poco después se une Álvaro al bajo para completar la plantilla. Tras unos meses recopilando ideas, graban “Transeúnte” bajo la producción de Adrián Vallejo. El disco verá la luz en 2011 y con él nacerá el auto-acuñado metal transgénico. Les hace girar por varias ciudades junto a grupos como enBlanco o Konsumo Respeto. También consiguieron un primer puesto en el concurso nacional “Música Joven de Ávila” y quedar finalistas en varios más.
Ingravitö vuelve a irrumpir ahora en escena con “Diario de un susurro que grita”. De nuevo metal fronterizo y transgénico, de autor, de rabia y desahogo, de necesidad, de saldo de deudas. Son doce nuevos trallazos que arrasan los sentidos del oyente, que acaba sintiéndose cómplice en este diario. Desde la contundencia de “Un lugar, otro lugar”, “Desdibujándome” o “Lluvia ácida” hasta la calma de “Trapecios rotos”. Del incisivo y directo single “Una más” hasta cortes de marcado carácter como “En el susurro”, “Un gramo” o “Atardecer oxidado”, pasando por la frescura y personalidad de “Tras quemar París” o “Mientras muero”. El disco cuenta también con la increíble colaboración de Batallones Femeninos, grupo de hip hop de Ciudad Juárez (México) que pone la letra a “Ninguna guerra en mi nombre”. Cierra el repertorio un homenaje a la canción de Doctor Deseo, “Corazón de tango”, vibrante y completamente reinventada al estilo Ingravitö. En fin, canciones que cartografían todos las neuras personales, políticas o sociales, que forman parte de las personas de este tiempo. Tiempo en el que los susurros parecen gritar.