Está claro que, si algo funciona, ¿por qué cambiarlo?. Con esta premisa, el pasado 23 de febrero la A. C. Vidiago Rock abría su programación anual con un clásico: la Winter Music Party, una fiesta que acompaña año a año a la Asociación desde su fundación en 2014. Y es que poco ha cambiado el evento a lo largo de sus cinco ediciones: conciertos acústicos en el Bar La Talá de Llanes, sede informal de la Asociación, con (¿sorpresa?) y algo de comida de por medio.
Pasadas las 20:00 hrs. de la noche comenzaban Los Robinsones, que, con Chus Sánchez y Manolín Corao al frente, repetían su peculiar formato de guitarra, bajo, teclado y dos baterías simultáneas. Abrían con una adaptación instrumental del Fortunate Son, toda una declaración de intenciones de lo que venía detrás: un repertorio de versiones de grandes como Clapton, Santana o Hendrix, entre otros, seleccionadas con todo detalle. Casi una hora de concierto que se pasó volando, pero terminan pidiendo un aplauso para la siguiente banda y prometiendo un segundo pase al final de la velada.
Parece que ya iba siendo hora de dar descanso a las bandas asiduas a estas fiestas -era la primera Winter sin Los Foolanos- y de sorprender un poco al público habitual, de modo que la A. C. Vidiago Rock presentaba por primera vez en La Talá a Rody Herrera & Perro Blanco Blues. Estos dos reconocidos músicos asturianos tienen una impresionante trayectoria a nivel individual, y eso se nota cuando suman fuerzas y nos presentan unas sorprendentes adaptaciones acústicas de temas clásicos del rock y el blues (y algún que otro tema propio). Unas voces que empastan a la perfección, mucho carisma y ejecuciones impecables a las guitarras dejaban al público boquiabierto. Y cuando parecía que no se podían venir más arriba, Rody Herrera demuestra que, además, es un maestro con la armónica.
Con la audiencia animadísima, Los Robinsones volvían a coger sus instrumentos para convertir la velada en una jam en la que se animaron a participar varios miembros del público. Además, hubo alguna que otra aparición estelar, como el dúo de baterías Cueli – Pablo Cabo (Presidente y Tesorero de la Asociación, respectivamente), un par de temas con el propio Julio (Perro Blanco), o la versión de Maneras de Vivir de Javi y Lidia, propietarios de La Talá, con la que ponían fin a esta memorable noche. Como siempre, las actuaciones musicales estuvieron acompañadas por una selección de cervezas acorde a la ambientación del evento (como Budweiser o Stone IPA y Stone Go To IPA, ambas de la casa americana Stone Brewing) y por el ya clásico “menú midwest”: pulled pork, chicken fingers, patatas y brownie. “
Pero todavía más jugosos que el pulled pork eran los rumores que se escuchaban entre el público. Una de las muchas ventajas de asistir a estos eventos es poder enterarse de las cosas que se cuecen en el Vidiago Rock… y ésta era una noticia de las buenas, pero yo sólo recuerdo dos palabras: julio y festival .
Crónica y fotos: Ana Blanco.