La oferta musical de este sábado tenía una cita ineludible en el calendario para ver una vez más en Cantabria a DEPEDRO en concierto.Mis gustos musicales son muy heterogéneos, y aunque el rock y el metal, ocupan la mayor parte, también hay luz en otros géneros.
Siempre he sido anti fronteras en la música, porque muchas veces tendemos a desprestigiar o ridiculizar otros géneros, incluso dentro del propio rock y metal, creando división entre nosotros mismos. Muchas veces son cosas de la edad o presiones indirectas cuando estas dentro de una u otra “Tribu urbana” sobre todo en la adolescencia. Con los años vas cogiendo perspectiva, y al final todo se resume en que la canción de turno te transmita algo, te llegue, ¿qué más dará el estilo?. Por suerte Noche de Rock, somos un ejemplo de diversidad musical, donde distintos tipos de música tienen cabida.
Es por ello que nos acercamos al Escenario Santander a ver al gran Jairo Zavala, el hombre real que se esconde tras DEPEDRO, natural de Madrid, es todo un ejemplo de lucha por la música, de conseguir las metas que te propones en la vida, dejándote la piel en lo que crees. La primera sorpresa fue la gran cola que había para acceder al recinto, con una magnifica entrada una vez dentro, con toda la sala disponible sin la cortina intermedia. Jairo comenzando su andadura musical con La Vacazul (1995) primero como guitarra y después a las voces, intentando triunfar con el rock, publicando 4 discos y un directo, este último en 2007. La banda estaría en activo hasta 2010 aproximadamente. Estando muy cerca de conseguir el pelotazo. Pero el éxito no es algo que se consigue de la noche a la mañana. Durante gran parte de esos inicios Jairo participo en hasta 4 ó 5 bandas al mismo tiempo, aparte de La Vacazul. Por un lado participa en el mundo de la TV en la banda del “Club de la comedia” y en la de la de “La Noche con Manel Fuentes”; además de bandas como: 3.000 Hombres, con la música negra, el blues, jazz el funk en su estilo. Zolo Zeppelin, donde versionaban temas de estos genios; AMPARANOIA, junto a la que muchos llamaban la Manu Chao española Amparo Sánchez desde 1997, pionera de la fusión entre estilos; finalmente y por mediación de Amparo y el tema “Don’t leave my now” , conoce a CALEXICO con los grandes Joey Burns (voces y guitarra) y John Covertino (batería), naturales de Tucson Arizona con el folk, y los sonidos fronterizos con el rock en su ADN, mezclado con toques de psicodelia y ambientales. Esa amistad fructificaría al máximo con la participación del primer disco homónimo de Depedro de 2008, grabado en Tucson, con el que recorrerían la américa profunda en furgo y otros tantos países. Desde entonces Jairo participa activamente con ellos en sus conciertos como telonero o en sus discos como guitarra. Influyendo de alguna manera los unos con los otros.
Como Depedro ha publicado 5 discos y algún EP; el último titulado «Todo va a salir bien» publicado el 26 de octubre del 2018. Disco recopilatorio que repasa muchos de sus grandes temas, interpretados junto a grandes voces del pop y el rock indie del país como Coque Malla, Luz Casal, Vetusta Morla, Izal… que esta noche llegaba al Escenario Santander dentro de una gira por todo el país. Sobre las 22:10 hrs. comenzaría el concierto, tras una intro con el tema “Ser Valiente” del disco ·«El Pasajero», las emociones empiezan a aflorar: «(…) veo a esa gente de pie ante el olvido, que arriesga su cielo, saltando al futuro. Había olvidado por un momento lo que se siente, había olvidado ser valiente (…)». Donde nos pone enfrente de lo frágil que es nuestro mundo tecnológico, quedándonos en lo superficial de la existencia. Arrancaría el primer gran aplauso del público, nos agradece la presencia, y anuncia la gira en la que está celebrando los diez años de Depedro, conmemorado por todo lo alto en su último trabajo «Todo va a salir bien».
Sin abandonar «El Pasajero» continua con “¿Hay algo ahí?”, otro tema con profunda carga social, en el que nos dice «(…) quiero un país que no sea un negocio (…)», donde pone de relieve la prepotencia de los países del primer mundo sobre el resto. Al final todos tenemos las mismas necesidades, dentro de un país llamado mundo. Destacaría en todo momento la gran puesta en escena, engalanada durante toda la actuación con imágenes proyectadas tras ellos, sincronizadas con las canciones. Prosiguiendo con esta carga emotiva, nos indica que la vida está llena de límites a romper, carta de presentación para uno de sus grandes temas “Nubes de Papel”, título del su disco de 2010; muy coreada por los allí presentes y que nos puso las pilas un montón, cuando crece el estribillo «(… ) Mira, soy más de lo que crees; Estoy llamando a tu puerta; Esa que nunca está abierta; Esa que voy a romper (…)». A continuación nos presentaría su primer gran éxito “Como el viento” de su disco homónimo de 2008, dedicado a esos seres de luz que lo dan todo por los demás, aunque luego ellos estén vacíos. Con la melodía marca de la casa invadiendo todo con los primeros toques magistrales a la guitarra de Kike Fuentes. Posteriormente tomando la guitarra acústica, nos invita a viajar unos minutos al otro lado del atlántico con el tema “D.F.”, de «El Pasajero», que en el disco contó con la colaboración de Bunbury, llenando de energía nuestras mentes vacías. Con sonidos que enlazan con el folk sudamericano, durante la interpretación nos invitó a dar palmas, preguntándonos -¿Santander se mueve?- Respondido con un atronado –siii-. Continuaría con otro tema que te incita a dejar atrás el pasado a pasar página y seguir “Dejalo ir” también de «El Pasajero»: «(…) Déjalo ir, déjalo marchar; tienes algo que te pesa de más; déjalo ir…; si no te va a arrastrar (…)».
Un momento muy bueno, sería la interpretación de “El Pescador”, en el que nos diría que hay que romper los límites cada día, para el que se mezclan entre el público, haciendo las delicias de los allí presentes. Con la gente totalmente entregada, llegaría uno de sus grandes temas “Te sigo soñando”, uno de mis favoritos, donde la voz de Jairo más transmite y te remueve un montón. En esa misma vena continuaron con “Diciembre”, otro tema que traspasa y que en el disco contó con Pucho de Vetusta Morla a las voces, con ese gran estribillo: «(…) Y ahí te encontré; Un héroe de otoño; Un soñador entre los locos (…)». Estos dos temas en particular, son la típica terapia de choque, cuando estás jodido emocionalmente y te dices va, voy a escuchar doom para ya estar jodido a gusto. Es lo que tiene mucha veces, la música de Depedro, remueve ciertos resortes que sólo ciertas voces o canciones consiguen hacerlo. Llegaríamos así a la primera hora del concierto con unas diez canciones interpretadas. Pero aún nos quedaba Depedro para rato, otra hora más y otras diez canciones. Destacando de esta segunda hora, “Antes de que anochezca” invitándonos a pasear por la playa de Santander y bailar esta danza de los desposeídos. Interpretada con una bonita guitarra eléctrica blanca, con buenos punteos de Jairo. El tema te reencuentra con tus recuerdos, te hace aferrarte a ellos, porque al final es lo que te quedará. Prosiguiendo con los clásicos, tras presentarnos al batería Martín Bruhn, llegaría “Hombre bueno” también muy bien recibida por los fieles. Sin perder el aire reivindicativo nos presentó el tema “Panamericana”, sistema de carretera que recorre el continente americano de arriba abajo, comenzando en Alaska (USA) hasta Buenos Aires (Argentina), como una metáfora sobre este mundo de fronteras, donde un alambre de espinos nos separa de la pobreza. «(…) Cuentan que amanecí en el año del sol; que hizo que nos encontraran; a este lado de la Panamericana; tu dolor al otro lado del alambre; donde dicen nadie tiene hambre; donde todo lo que pasa es importante. Veo a través del suelo; y no encuentro curanderos; que laven las heridas; que brotan desde el suelo (…) Narran cuentos de vida; explican cuentos de muerte; dijeron que nuestro día llegaría de repente (…)». Afrontábamos la recta final, -Todo en la vida se acaba- , nos decía Jairo. -¿lo estáis pasando bien?- nos preguntaba.
Tomando nuevamente su guitarra acústica llegaría el turno de uno de los temas más demandados de la noche “Llorona”, en origen es una canción muy popular mexicana, al nivel de Adelita o la Cucaracha, pero a diferencia de aquellas no tiene una versión única, creando cada autor su adaptación. Es una canción con mayúsculas en el que una vez más la voz Depedro hace su aparición traspasando a cada uno de los que estábamos allí, en el último disco cuanta con la colaboración de Nita, voz de Fuel Fandango. Con una gran carga emotiva en la letra: «(…) Yo soy como el chile verde, llorona; Picante pero sabroso; (…) De qué me sirve la cama, llorona; Si tú no duermes conmigo (…) El que no sabe de amores, llorona; No sabe lo que es el martirio (…) Si ves a ricos que ríen, llorona; Que ríen al caminar ; Y es por qué a los pobres roban, llorona; Toda su felicidad (…)». Creando una atmósfera única en la sala. Al terminar el tema, primero se ausenta él, mientras el resto sigue tocando y el resto se van marchando uno por uno, hasta que el escenario queda completamente vacío, como una metáfora de la soledad que transmite el protagonista de la canción. Finalmente aparece él solo rematando el tema.
Continúa el solo con el medio tiempo “Miguelito” inspirado en el Lichis cantante de La Cabra Mecánica. Agradeciendo el honor de tocar en Santander para celebrar su X aniversario, continúa el solo con el tema “La Casa de Sal”, tema suave y envolvente, con unos registros de voz de Jairo espectaculares, ya con la banda al completo al final. Para concluir la fiesta, tenían reservado uno de sus mejores temas y con más carga reivindicativa ·”La Memoria” , que invita a no rendirnos ante los poderosos, que han decidido por ti. «(…) he oído que hay mucha gente; que está cansada de pan y circo; de llorar siempre que miro; de sufrir este camino; de reírme del capricho; de los que han decidido. He oído los que padecen; que la memoria no se pierde; tiene hijos poderosos; y cualquier día vienen a verte (…)». Terminando el concierto con la alegre y movida “Comanche”, que pondría el colofón a 2 horas de concierto, de conciertazo con mayúsculas de Depedro. Segunda vez que le veía, desde su concierto acústico en la Sümmun en diciembre de 2017, en la que él solo se bastó para ocupar el escenario de manera magistral. Si a esa grandeza le añadimos una banda, el resultado ha sido extraordinario. Con una gran puesta en escena, enganchando al público desde el primer minuto. Su disco homónimo de debut, se publicó en cerca de 20 países de todo el mundo, desde entonces, sin hacer ruido, sus patillas trapezoidales han conseguido instalarse en nuestras vidas, removiéndonos las conciencias como sólo él sabe hacerlo, sin descuidar las grandes guitarras, en los momentos oportunos, sabiendo acompañarse de grandes músicos. Recomendando encarecidamente de que si no le has visto nunca en directo, lo hagas, los temas ganan en fuerza y podrás sentir su magia de manera mucho más efectiva.
Además Depedro es pura sencillez que para nada se lo tiene subido. Como demostró y suele ser en sus actuaciones, una persona muy cercana. Hablando y haciéndose fotos o firmando los discos, con los asistentes, después del concierto en el puesto de merchan. Algo que es de agradecer un mundo como este tan lleno de supuestos divos. Gracias al Escenario Santander, por la gran noche y perfecto trato como siempre. Esperemos que la cosa perdure.
Crónica y fotos: John Man.