Bremen me pilla a un trecho de coche, pero justo esa tarde tenía que dejar a la familia en el aeropuerto y una hora después tocaban Brujería en la ciudad. No me los podía perder, aunque fuera Martes.
La sala tardó en llenarse, pero al final había un buen puñado de gente. Parece ser que Brujería ha quedado como lo que supusieron para mi, un mito del grindcore/death más gamberro de los 90.
Sangre
Como decía sala medio vacía, pero yo llegué con tiempo y tuve el verdadero placer de descubrir a esta banda de Los Angeles rollo groove/trash… No sé, nunca fui yo muy bueno poniendo etiquetas a lo que me mola… Sangre son MUY brutos y si tengo que empezar por alguien en la banda, me quedo con su batería, que el angelito era para darle de comer aparte. He encontrado este vídeo de Josh “The Roach” que ilustra mejor que nada de lo que yo escriba cómo le pega al instrumento este tío. En directo es una puñetera apisonadora. Rápido y de una pegada durisima, un diez sobre diez vamos.
Fue una pena que la sala vacía y lo PARADISIMOS que estaban todos los alemanes no diera para más, porque se marcaron un concierto brutal; sonando fuerte, duro, dándolo todo, lamentablemente sin recibir nada a cambio del público. Me dieron ganas de montar un pogo yo sólo, pero ya soy un señor mayor y mi sentido del ridículo me lo impidió. La verdad es que un concierto así en España, la peña la hubiera liado seguro, fuera Martes o fiesta de guardar, una pena por el público, porque la banda al completo lo todo.
Volviendo a la banda, Sangre son Danny Perez al bajo, Mike Reyes y Anthony Ibarra a la guitarra, Henry Sanchez a la voz y a la batería ya os había presentado al amigo Josh “The Roach“. Todos y cada uno de ellos lo dieron todo, pero creo que es de justicia destacar también a Henry Sanchez con una voz potentisima y unos agudos al más puro estilo Phil Anselmo que me dejaron con un sabor de boca inmejorable.
Si os mola el groove/trash potente, este es su último disco de hace ya unos años, le he dado una escucha y os puedo decir que no le hace justicia a su directo. Si os molan las cosas brutas a 10.000 revoluciones os va a molar seguro:
The Great Tribulation. Sangre (Enlace de Spotify)
Aggression
Ahora le toca el turno al trash más clásico posible. Agression son una desconocida y vieja banda de Quebec, Canadá, que personalmente me gustaron y mucho. Su cantante, Brian Langley es un tipo enorme y con pintas de seguir tocando en 1985. No os perdáis las fotos clásicas que tienen colgadas en su web.
Me gustaron mucho mucho mucho. Suenan a trash añejo y en lo personal me lo pasé bomba con ellos. Brian con todo lo grande que es, parece un tío genial para tomarte cuatro cervezas y reírte con sus bromas. Había una facción más joven de la banda que la verdad es que no lo hizo nada mal, con rifs rapidísimos por parte de Dave Watson y una dinámica en el escenario que la verdad es que daban ganas de darte cabezazos con cada tema. Rápidos, contundentes y como decía al principio añejos, muy muy añejos.
Dadle una escucha a este Fractured Psyche Demons (link de Spotify) para haceros una idea de como suenan ahora. En Spoty también está su primer disco de 1986, que suena a eso; a un disco de trash gamberro de 1986.
Venomous Concept
De camino al baño me crucé con Sheen (Napalm death, Brujería y tantos otros…) y me dijo “hey!” lo cual me dio un subidón comprable al de un adolescente al que le guiñara el ojo en un concierto Britney Spears. Pero bueno, Sheen no es Britney ni yo soy ya un adolescente… El caso es que yo convencido que tocaba ya Brujería, cuando llego al escenario me encuentro con Sheen con una guitarra en la mano (?) y unos tíos que no conozco de nada que se ponen a llamar a un tal Kevin. “Where is Kevin!? , Where is Kevin!? , Where is Kevin!!???“
Y allí que sube Kevin, con una pancheta impresionante, una barba descuidada un sombrero vaquero y quitándose los zapatos para empezar a tocar así:
Me dejaron con la boca abierta. Kevin es un puto cachondo mental, la banda es un puto desparrame, como lo es su difícil de explicar estilo musical. Posiblemente el grupo que menos me gustó de los cuatro, pero joroba, no me importaría volver a verlos. Muy muy divertidos. Y lo de Sheen tocando dos conciertos seguidos es como para hacerse aún más fan de la criatura.
Brujería
Yo a Brujería siempre los tuve en un altar. No porque musicalmente fueran buenos, ni porque me enamoraran sus temas. Simple y puro valor sentimental; son un grupo que descubrí con su primer disco y su famosa polémica con “coco loco”. En aquel 1996, aquello me pareció trasgresor y muy gamberro, así que me hice con una copia del CD en cuanto pude. Su música gamberra, sus letras “de narcos” e invocaciones diabólicas me llamaron, y mucho la atención, y a su disco le di tantas vueltas que acabé por aprenderme sus temas de memoria.
Avanzando en el tiempo hasta 2019, ahí estoy yo en primera fila, esperando ver aparecer a unos ídolos de mi juventud por primera vez. Con 42 tacos en el cuerpo, queriendo hacer lo que no tuve ocasión de joven: Cantar con Juan Brujo sus temas más míticos.
Tal vez lo que menos me gustó del concierto es que tocaron muy pocos del Raza Odiada, pero bueno, ahí estaba yo junto con un mejicano, un argentino (que le pasó un porro a Juan a media actuación) y un chileno con los que estuve coreando los temas como si aquello fuera un concierto de Miguel Ríos.
¿Cuánto quiere ese coyote?
Diez mil pesos
Pa todos
No, Jefe, Pa cada uno
Pinché coyote ladrón, hay que joder al güey
Como nota simpática, aparte del porro de “mota“, un detalle fue que en uno de los primeros temas dedicados a Trump salió Kevin con una máscara suya, dando empujones a todo el mundo. Algo tan tonto como innecesario que hizo las delicias de todos, mi yo más infantil incluido. Me hizo también mucha gracia que el concierto entero se lo pasaron hablando en castellano. Quedó claro que les daba igual si les entendían o no estos pinche güeros alemanes.
En lo musical ni lo sé ni me importa si sonaron bien. He visto a Brujería, he cantado sus temas con ellos, Juan Brujo me chocó la mano varias veces durante el concierto, Sheen me dijo “Hey!” cuando me lo crucé en la escalera. Me lo he pasado como el chiquillo que con 16 años se compró uno de sus primeros CDs allá por 1996.
Crónica y fotos por Jose, el de Alemania.
Bremen, Alemania 07 de Mayo 2019