Te has parado a pensar alguna vez en que todo lo que conoces es tan frágil que podría desaparecer en minutos. Entre las nueve y media y las diez menos veinte del uno de Noviembre de 1775 entre 60.000 y 100.000 personas, depende de las estimaciones, murieron en Lisboa. Todos los santos no fueros suficientes para detenerlo. ¿Qué tipo de Dios permitiría una masacre similar en un día tan señalado? No uno bondadoso, no uno todo poderoso. Las lamparillas encendidas por la festividad provocaron un gran incendio y Portugal despertó teñido de sangre. Estamos de paso, nuestras ciudades, nuestra civilización está de paso, pero cada desastre es también un nuevo inicio y una oportunidad de empezar de nuevo, de enterrar a los muertos y cuidar de los vivos, de aniquilar a los dioses, de reconstruirse desde los cimientos.
Tras más de dos décadas de carrera Moonspell siguen encontrando inspiración para emocionarnos y hacernos reflexionar. Su paseo desde el metal extremo hasta el rock gótico no ha hecho nada más que dar buenos frutos que con cuidado han ido seleccionando para ampliar en cada disco su lenguaje y sus recursos. Se habla a menudo en las bandas de larga distancia de la “vuelta a las raices”; llega un momento en el que cada grupo quiere diferenciarse y volver a beber de su esencia primera. Moonspell nos acaban de dar una lección de semántica para que entendamos lo que RAIZ significa. En un mundo globalizado en el que cualquiera tiene acceso a millones de bandas, la única forma de aportar algo distintivo es mirar un poco menos hacia fuera y un poco más hacia dentro. Así en 1775 Moonspell miran a su país, a sus ciudades, a su poesía, a su tradición musical, a su folklore, a su lenguaje y nos regalan sus ojos para ver el mundo desde lo alto de su colina.
Prologado por una orquestacion de “En Nome do Medo” y concluido por una versión doom del tema “Lanterna dos Afogados” del grupo pop brasileño “Os Paralamas do Sucesso”, nos encontramos con un total de diez temas que conforman un disco excepcional, en matices, en interpretación, en composición, en concepto, en riqueza de recursos y de personalidad. Tan Moonspell en todos y cada uno de los sentidos, que no podrían ser obra de ninguna otra banda en todo el planeta.
Comentario por Oskar Sánchez
Fotografía por MOONSPELL