En abril de éste 2019, Moikave publicaba una foto en sus redes de un misil, un David apuntando al cielo y el hashtag “#santo pepino”. Con ello, consiguió llamar la atención de bastante gente entre la que me incluyo. En ese tiempo, una servidora pensaba: “Qué gracioso, en lugar de decir que el próximo disco va a ser la bomba, ha dicho que va a ser un santo pepino”. Pues no, ni ha querido decir ni gaitas en vinagre, el último trabajo de Moikave se trata de un EP bautizado como “Santo Pepino”, ahí la llevas.
Además de nuevo trabajo, Moikave estrenaba baterista, que se trata nada más y nada menos, que un santanderino con creatividad y energía para repartir, como es Curro Gallego-Preciados. No tenía ni idea de que también controlara la batería, ya que sólo le he visto con Reed, y en menos de dos meses, he descubierto que también toca la batería en Jamarazza. No se aburre ni sin querer el chaval. Poco después estrenó “Santo Pepino” en plataformas digitales, donde en lugar de aparecer una cucurbitácea verde que te quiero verde, se trataba de un submarino rosa radiactivo, además de anunciar el concierto de presentación, que tendría lugar el sábado 1 de junio en la Sala Niágara de Santander.
A eso de las 21:15 hrs. ya estábamos en la capi, debido a que la apertura de puertas estaba programada para las 21:30 hrs. Al igual que me encanta cómo suena y el ambiente que suele haber en ésta sala, me confunde un poco no saber a qué hora va a comenzar los conciertos, quizá los asiduos lo tengan más controlado. Así que nos fuimos a los locales de alrededor a tomar algo para hacer tiempo, hasta casi las 23:00 hrs. que aquello empezó a llenarse de gente y un juego de luces y sonidos invadieron el escenario de la sala, como si varios helicópteros estuviesen buscando a un fugitivo. Entonces aparecieron David Moikave (voz y guitarra), Jon Goikouria (bajo) y Curro Gallego-Preciados (batería). Nos dieron una “ostiuca” en la jeta, comenzando el concierto con uno de los temazos más potentes y pegadizos del EP como es “Mrs. Bang, Bang”, con una melodía muy currada, un sonido bastante rockero “elegant-style”, en el que creo que todos nos imaginamos a ese mujerón de armas tomar mientras cantábamos “Ven a rescatarme, sácame de aquí”. Y después del rock del 2019, le tocó al blues del 2017 con “Mal menor” , del anterior disco “Fiebre del oro negro”, donde me moló mucho ver cómo la batería de Curro estaba completamente integrada en la melodía, (para no llevar nada en la banda), además de las intensidades del tema.
En este nuevo trabajo, Moikave decidió sustituir el teclado por los metales; pudimos comprobarlo cuando se incorporaron al escenario Eduardo Diz al trombón y Benjamín Blanes a la trompeta, con el tema “Crímenes en Nueva Orleans”. Entre la llegada de “los metaleros” y el sonido tan bueno de la sala, pudimos disfrutar de un concierto de mucha calidad. También decir que aunque no sigo a la banda desde hace años, lo que he podido ver y escuchar hasta ahora, la evolución ha sido más que evidente, tanto en el sonido del álbum, como en la voz de David, que si ya tenía personalidad, ahora tiene mucha más fuerza y solidez y nos mete las canciones como si unos brazos invisibles nos “sacaran a bailar”. A medio concierto una servidora ya estaba súper metida en el concierto, y no era la única, ya que la gente que tenía a mi alrededor estaba exactamente igual, coreando y levantando la mano con “El eco mortal”, temazo con estilo clásico, que me recordó a las bandas de soul de Nueva Orleans de los 70´s con un estribillo muy pegadizo en el que consiguieron que no echásemos de menos demasiado los coros del disco.
“Vamos a vengar la muerte de nuestro chamán..”, así comienza “Mi venganza”, otro de los temas de “Santo Pepino”, el primer tema que escuché, el cual te incita a dar palmas mientras David “pinta sus mejillas de carbón” y los metales le dan un ritmazo y fuera al tema que me flipa. Aunque al principio los músicos estaban un poco serios debido al poco tiempo que han tenido para ensayar juntos, consiguieron soltarse y vimos a un David sonriente, con miradas de complicidad con sus compañeros, donde el mítico tema “Tajau blues”, nos hacía dar palmas y taconear, recordándome un poquillo (a lo mejor me odian por decir esto), al Fito Cabrales de los primeros discos. Terminó el tema y vemos que David se da la vuelta y hace algo por detrás del escenario, cuando de repente lanzó “cosas rosas” al público. Digo cosas rosas, porque fue muy rápido y hasta que “dichas cosas” no estaban en manos del público, no pude ver que se trataba de 2 caniches rosas como el del videoclip del tema que cerró el concierto “Cougar yihad”, realizado por Burbuja Films, dirigido por Laura Hojas y protagonizado por David Moikave y la actriz Rocío Riego. Ya me enteraré por qué el peluche es un caniche y el perro real del vídeo es un chihuahua .
https://www.youtube.com/watch?v=8yqxGcWykgA
Aunque el concierto se nos hizo muy corto (no llegó a los 45 minutos), nos fuimos más contentos que unas castañuelas y con muchas ganas de saber qué será lo próximo que veamos de la banda, los cuales poco a poco van “enamorando” a cada vez más gente.
Crónica, vídeo y fotos: Álex Kennedy.