Al principio de los tiempos, Dios creó la tierra y diferentes tipos de seres. Lo llamó el “Primogénito”. Era un ser que no era ni bueno ni malo, ni luz ni oscuridad, ni hombre ni mujer, pero Dios lo hizo tan perfecto y le dio tanto poder que quiso deshacer lo que había hecho. Pero al haberlo dotado de tanto poder, no lo pudo destruir, así que lo desterró en un lugar llamado “Pyxis Prima”, donde debería permanecer hasta el fin de los tiempos.
Dios creó al ser humano, hombre y mujer, un ser perfecto y hecho a su imagen, pero lo dotó de mucho menos poder. El hombre, sin saberlo, fundó la ciudad de “Al Khali” encima del Pyxis Prima. Pero el Primogénito no estaba contento, y quería adquirir más poder, así que en cuanto podía, aparecía en nuestro mundo, y la ciudad de Al Khali con él. Cada vez que lo hizo, sedujo a algún ser humano con promesas de poder y conocimiento a cambio de que lo liberase, rompiendo el sello de su prisión mediante un sacrificio de sangre. En cada ocasión un grupo de 7 personas lo ha derrotado, renovando el sello que lo mantiene en su oscuro reino. Cuando el primogénito llegaba a nuestro mundo, se producía toda una serie de catástrofes y epidemias. Pero aunque el primogénito fuera desterrado, su poder aumentaba, ya que iba cogiendo trozos de nuestro mundo en cada ocasión. Así, el Pyxis Prima, se iba expandiendo y haciendo más grande, a la vez que el poder de El Primogénito crecía.
La prisión del primogénito se ha abierto anteriormente 4 veces: Durante la civilización Sumeria, en la época de la antigua Roma, a lo largo de las cruzadas y durante la segunda guerra mundial. Cada vez, tarda menos años en reaparecer.
Ahora el Primogénito ha vuelto a nuestro mundo, y “Arnold Leach”, el dirigente de una secta, quiere liberarlo de su prisión. El comando Jericho, formado por 7 militares con poderes paranormales y comandados por “Devin Ross”, han sido enviados para atrapar a Leach y cerrar la brecha para desterrar al Primogénito de una vez por todas.