En el típico Londres invadido por la niebla, se tiene noticia de que comienzan a desaparecer cadáveres recientes de mortuorios y cementerios rurales cercanos a la capital.
El inspector jefe Sheppard, de Scotland Yard, encarga al joven teniente Gregory la investigación del caso. Al principio parece que los cuerpos están siendo sustraídos por un maníaco; pero más adelante, a partir de las deducciones del biólogo y estadístico Sciss, que suponen una relación entre las desapariciones y la tasa de cáncer y tienen en cuenta que la distribución de los hechos se corresponde con un patrón geométrico, la única solución que puede plantearse es que los cádaveres están reviviendo. No obstante, el teniente Gregory sospecha de Sciss desde el principio.
Cuando ya remite el fenómeno, se echará la culpa a un camionero que ha tenido un accidente cerca de uno de los lugares en los que se ha dado.