Bellvm Cantabricvm, Nabia Orebia, El Abrazo del Tejo, La Montaña, Greyland Labaro, Mons Vindivs… Cualquiera que echase un vistazo superficial al listado de canciones que CrystalMoors han creado desde su gestación allá por mediados de los noventa, se daría cuenta de que todo su esfuerzo ha estado centrado en explorar y promover las antiguas costumbres y tradiciones del pueblo cántabro, desde su particular visión de la antigüedad y el paganismo.
La Cueva de Altamira, no hace falta explicarlo, es uno de los lugares más emblemáticos del mundo. El tesoro Paleolítico más valioso para la humanidad. Un trozo del planeta en el que es dificil no estremecerse y sentir como los siglos se pliegan en un sólo instante delante de tu mirada.
Cuando nos pidieron opinión sobre qué banda podría hacer un concierto para celebrar los primeros dieciocho años del Museo y la neocueva la conexión se iluminó en nuestra mente con fulgorosas lámparas de tuétano. Si hay alguien en Cantabria que se ha ganado por derecho cantarle frente a frente a la antigüedad esos son CrystalMoors.
Si estuviésemos en Escandinavia, contar que el Metal y la historia tienen fuertes vínculos sería una obviedad. Los flujos entre la música y el mundo más academicista están ya asumidos. Pero aquí aun nos faltan movimientos valientes para poner las cosas en su sitio. La idea se nos presentaba una fantasía, pero al otro lado la gerencia del museo presentó un arrojo y una visión de conjunto que consiguió lo que hasta entonces parecía un bonito sueño. Abrir las puertas de un lugar sagrado para la historia y la cultura a la cruda narrativa de la música extrema y los guturales.
Una vez el concierto comenzó a caminar todos entendimos que habíamos acertado. Los músicos, el personal del museo y las más de doscientas cincuenta personas que se acercaron participamos de un trance primitivo bastante difícil de explicar con palabras. CrystalMoors en acústico se unieron con las montañas y la lluvia consiguiendo un efecto épico que nos unió de nuevo con nuestros primeros padres.
Buzukis, Guitarras, Cajón, Violín, Bajo eléctrico, Whistle y Voces Guturales obraron un misterio de una hora con bises a petición del propio personal del museo, en el que terminaron completamente desenchufados, obrando un ritual mágico y arcaico que no lograremos nunca apartar de nuestros recuerdos.
Texto: Oskar Sánchez
Fotos: Oskar Sánchez, Juanma Pinto e Igor Cobo
Vídeos: Álex Kennedy, Oskar Sánchez, Juanma Pinto e Igor Cobo